Federico Silva, uno de los más grandes creadores de arte contemporáneo en nuestro país, falleció en Tlaxcala a tan solo unas horas de ser homenajeado en el Palacio de Bellas Artes.
El artista, originario de la Ciudad de México, pero avecindado en Tlaxcala desde 1985, tuvo una trayectoria de más de ocho décadas en las que exploró gran parte de las disciplinas artísticas, como la pintura, el grabado y principalmente la escultura; y es precisamente su trabajo escultórico el que ha embellecido el paisaje urbano de la entidad desde hace varias décadas.
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De los múltiples premios y reconocimientos que recibió en vida, destacan el Premio Nacional de Arte, en 1995; la Medalla Bellas Artes, en 2016, y en nuestro estado fue reconocido por el Congreso con el título de “Creador emérito en el arte contemporáneo nacional", por su aportación al arte mexicano, así como por su contribución a la escena cultural y artística tlaxcalteca.
Silva nació en la Ciudad de México, el 16 de septiembre de 1923; a pesar de formarse profesionalmente en las ramas de medicina, veterinaria, derecho y antropología, decidió dedicarse al arte luego de un aprendizaje autodidacta.
Inmerso en el mundo del arte conoció a David Alfaro Siqueiros de quien fue su discípulo; posteriormente, tendría contacto con otros grandes artistas de la época como Diego Rivera, Leopoldo Méndez, Pablo O`Higgins y el escritor José Revueltas, quienes influyeron notablemente en su obra.
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Sería en 1985, luego del sismo de ese año, que Federico Silva muda su residencia a Tlaxcala, específicamente a la exfábrica de hilos La Estrella, en Amaxac de Guerrero, donde instala su taller. A partir de entonces comenzó a utilizar una variedad de materiales de la región, lo que propició “una renovada presencia de la escultura en el arte mexicano”, detalla el sitio web oficial del artista.
La obra de Silva se convirtió en parte del acervo público de nuestro estado, con la colocación de imponentes esculturas de gran formato en diversos puntos, como es el caso de “La Piedra de Maíz”, ubicada en la zona de el Trébol; Obelisco”, que se encuentra en el Museo de Arte de Tlaxcala; “Escultura a la madre”, en la Plaza Juárez, así como la fuente y pendones de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, entre otras obras escultóricas.
Como una ironía de la vida, el mismo día de su fallecimiento estaba prevista la inauguración de una exposición en el Palacio de Bellas Artes, a manera de homenaje, coordinada por la Secretaría de Cultura de Tlaxcala y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, la cual es una retrospectiva de 80 años de trayectoria artística.
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Al respecto, el titular de la Secretaría de Cultura de la entidad, Antonio Martínez Velázquez, detalló a El Sol de Tlaxcala que esta muestra, llamada “Lucha y Fraternidad, el triunfo de la Rebeldía”, repasa todos los momentos de su prolífica carrera.
“Tlaxcala lo siente suyo porque es un artista que además ayudó a la fundación del Museo de arte de Tlaxcala; ahí está una de sus piezas más emblemáticas. Federico Silva es el último de una generación de artistas muy completa; un artista que escribía, que tenía todo un tema teórico alrededor del arte, que tenía una postura política, era un artista con concepto”, enfatizó el secretario de Cultura.
Federico Silva recibió un homenaje póstumo en el Palacio de Bellas Artes que reunió a la comunidad cultural y artística del país.
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La exposición “Lucha y Fraternidad, el triunfo de la Rebeldía” estará abierta al público en este recinto en la Ciudad de México y llegará a nuestro estado en marzo del próximo año.
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