La Agrupación Cultural “Uniendo Raíces” y la compañía de danza “Asikayotl” presentaron en el Museo de la Memoria el conversatorio “Los jóvenes carnavaleros tienen la palabra. Hablemos de huehues y camadas”, en el que los danzantes invitados hablaron sobre la innovación e invención en esta danza, para debatir si favorece o perjudica esta tradición.
El panel estuvo conformado por José Diego Flores, Paola, Rubén Juárez, Judith Rivera, Christian Rodríguez y Oscar Saucedo, quienes iniciaron sus intervenciones con los motivos que los llevaron a incursionar en las fiestas carnestolendas.
Argumentaron que la decisión de participar se debió a la influencia familiar, la herencia generacional, a la emoción que genera cada año esta fiesta o al simple hecho de escuchar la música y ver a los danzantes ejecutar sus piezas.
“Tan solo al escuchar la música mis pies se mueven solos, a todos los que nos gusta el carnaval en el estado, la música te hace querer bailar y estar ahí, eso me pasó a mí. Algunas personas he visto que solo entran a carnaval por hobby o diversión pero creo que deberíamos hacerlo para preservar sus raíces”, comentó Rodríguez.
También destacaron algunas anécdotas, como quiénes fueron las personas encargadas de enseñarles los pasos y de brindarles los vestuarios para bailar en el carnaval, “a mi me heredaron el traje de mi abuelo, y creo que con él, la forma en la que bailaba, porque yo nunca lo vi hacerlo, pero mi tía me mostró cómo lo hacía él y la historia que había detrás de cada paso”, explicó Flores.
Los demás integrantes del panel destacaron que, sorpresivamente, no siempre contaron con la gracia y agilidad para bailar; sin embargo, sus familiares los incitaron a ir más allá de la ejecución de las danzas, “mi abuelita me decía que tenía que sentir la música”, aseguró Paola.
Después de un rato de conversar, los panelistas aseveraron que a pesar de los cambios que el baile del carnaval sufra, se sienten con el compromiso y la necesidad de mantener y preservar la tradición e historia que hay en cada uno de los pasos.
Coincidieron que si bien las fiestas carnestolendas tienen ciertas características, es necesario que las camadas se ajusten y respeten el estilo de cada municipio o comunidad, pues es el sello característico de cada agrupación.
“Debemos enseñarles a los danzantes, por ejemplo, el nombre de las cuadrillas que se están ejecutando, porque muchas veces ni siquiera tienen conocimiento de esto, creo que los que están frente al grupo deben compartirlo con los integrantes, si algún reportero nos llega a preguntar, muchos no sabrían responder”, destacó Rodríguez.
Concluyeron que se debe luchar por mantener ese respeto por las diferencias y por el paralelismo cultural que existe en cada uno de los lugares que se celebra esta fiesta, "es importante para que las variantes que nacen cada año puedan corregirse para conservar la historia de esta tradición".
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