/ domingo 6 de febrero de 2022

Chihuahua conserva petrograbados del año 200 a. C. en La Cascada de los Chuzos

En lo más agreste del desierto se pueden encontrar estas maravillas arqueológicas de la zona sur del estado

En el municipio de Jiménez, en lo más agreste del desierto, se ubica una de las más bellas representaciones de arte rupestre en el sur del estado, en la denominada Cascada de los Chuzos por el arqueólogo Luis Aveleyra Arroyo de Anda, más comúnmente conocida como “La Cañada Roja”, cuyos grabados en piedra datan del año mil al 200 a.C. donde predominan especialmente las figuras antropomorfas y figuras celestes, asociadas a la observación del cosmos.

➡️ Llegan piezas arqueológicas repatriadas de Estados Unidos

Registrados por primera vez por el arqueólogo Luis Aveleyra Arroyo de Anda en 1979, bajo el nombre de la Cascada de los Chuzos, describía uno de los sitios arqueológicos más importantes del norte de México, cuyas representaciones de los antiguos pobladores, nómadas cazadores-recolectores, se expresan en un grupo de petrograbados, donde predominan las figuras antropomorfas.

Avelyra catalogó el importante hallazgo como una muestra de desarrollo cultural del año 300 al 900 d. C., donde las representaciones rupestres están plasmadas en un soporte de petrograbado, predominan las puntas de flecha tipo Shumla, forma que ha sido estudiada por arqueólogos norteamericanos al suroeste de Texas.

La atribución que Avelyra destaca como la posible cultura que pudo haber desarrollado estos grabados en la roca, fue de nómada cazadores-recolectores. El nombre que se le da a este importante sitio arqueológico, Cascada de los Chuzos, se da derivado de las condiciones del terreno en donde se localiza, donde una cañada de más de cien metros de profundidad serpentea entre una sierra conformada de caolín, cantera y micro sílice, formación geológica que ha sido esculpida por la erosión del agua, que crea una cascada con una profundidad de más de 50 metros en caída libre.

Hace miles de años, por las condiciones que indica la paleoclimatología, el sitio pudo haber albergado un importante afluente de agua, un manantial que corría sierra abajo. Además de que, en este sitio, en épocas de lluvia se forman afluentes importantes de agua, que pueden permanecer almacenados hasta por meses.

Tomando en cuenta estas referencias geográficas y climáticas, el sitio fue idóneo para ser habitado por las tribus de nómadas cazadores recolectores por un cierto tiempo, sitios donde quedaron los vestigios de aquellas civilizaciones como moledores fijos y móviles, material lítico, herramientas de piedra como flechas, moledores, raspadores, cuchillos etc., petrograbados y arte rupestre de dos posibles civilizaciones distintas que poblaron el mismo sitio, en tiempos distintos.

De las representaciones rupestres que más abundan son las puntas de flecha tipo Shumla, cuyos grabados actualmente están fechados entre el 1,000 al 200 a. C. que han sido encontradas en el norte de Texas y en Coahuila, las cuales fueron utilizadas por tribus nómadas de cazadores recolectores del periodo Arcaico Tardío.

Asimismo, dentro del mismo recinto se localizan representaciones rupestres de tipo antropomorfo, donde destacan figuras humanas, sierras, animales y una “S” que representa el sitio el sitio donde se localizan las pinturas rupestres, mismo que se puede identificar al momento de explorar el sitio, cuya cañada forma un “S” desde la cueva hasta el final del cerro.

Al menos una de estas representaciones rupestres, se asocia con la que se localiza en la “Cueva de los Remedios” donde se representan figuras geométricas continuas, semitriángulos entrelazados, que representan las sierras, el medio geográfico que rodeaba a las antiguas tribus nómadas de cazadores-recolectores que transitaron por el desierto, el cual pertenece al Bolsón de Mapimí.

Las sierras antes descritas, que se sitúan en la Cascada de los Chuzos y la Cueva de los Remedios, son probablemente de la tribu de los tobosos, tribu conformada mayormente por los nonojes y acoclames.

Otra de las espectaculares representaciones rupestres del mismo sitio, es una figura humana donde a un lado se localizan 15 círculos concéntricos; cuyo significado es la apreciación de cosmos por parte de los Tobosos, representando el cielo nocturno del desierto del Bolsón de Mapimí, cuya formación es la misma en que se puede apreciar desde la Cascada de los Chuzos.

Se expresa en diversos estudios que los pirograbados del sitio, puntas de proyectil, son del tipo Shumla, descrito por primera vez por Shum y Krieger en 1954 en varios sitios de S.W. de Texas, donde su distribución se centra en el área de confluencia de los ríos Pecos y Bravo del norte, y se extiende hasta el Big Bend y norte de Coahuila.

Este sitio, al igual que otros que se localizan en Jiménez, forma parte de un corredor cultural, donde diversas tribus dejaron vestigios, los más impactantes son las representaciones rupestres, mismas que en al menos tres puntos; Los Remedios, Cañada Roja y Cueva de las Campanas, se puede identificar que corresponden a los Tobosos, que se alargan hasta lo que es el sitio arqueológico de Peñoles, en el municipio de Villa Coronado.

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Es importante hacer mención que el objetivo de este análisis y estudio de las culturas de la región sur del estado, es con el objetivo de hacer conciencia, de no destruir, alterar o vandalizar los diversos sitios arqueológicos de la región y de ninguna parte del mundo, ya que muchos de estos carecen de análisis y estudios a profundidad y serán el referente para nuevas generaciones, además de ser el fiel testigo de los antiguos pobladores de la región sur.

Publicado originalmente en El Sol de Parral

En el municipio de Jiménez, en lo más agreste del desierto, se ubica una de las más bellas representaciones de arte rupestre en el sur del estado, en la denominada Cascada de los Chuzos por el arqueólogo Luis Aveleyra Arroyo de Anda, más comúnmente conocida como “La Cañada Roja”, cuyos grabados en piedra datan del año mil al 200 a.C. donde predominan especialmente las figuras antropomorfas y figuras celestes, asociadas a la observación del cosmos.

➡️ Llegan piezas arqueológicas repatriadas de Estados Unidos

Registrados por primera vez por el arqueólogo Luis Aveleyra Arroyo de Anda en 1979, bajo el nombre de la Cascada de los Chuzos, describía uno de los sitios arqueológicos más importantes del norte de México, cuyas representaciones de los antiguos pobladores, nómadas cazadores-recolectores, se expresan en un grupo de petrograbados, donde predominan las figuras antropomorfas.

Avelyra catalogó el importante hallazgo como una muestra de desarrollo cultural del año 300 al 900 d. C., donde las representaciones rupestres están plasmadas en un soporte de petrograbado, predominan las puntas de flecha tipo Shumla, forma que ha sido estudiada por arqueólogos norteamericanos al suroeste de Texas.

La atribución que Avelyra destaca como la posible cultura que pudo haber desarrollado estos grabados en la roca, fue de nómada cazadores-recolectores. El nombre que se le da a este importante sitio arqueológico, Cascada de los Chuzos, se da derivado de las condiciones del terreno en donde se localiza, donde una cañada de más de cien metros de profundidad serpentea entre una sierra conformada de caolín, cantera y micro sílice, formación geológica que ha sido esculpida por la erosión del agua, que crea una cascada con una profundidad de más de 50 metros en caída libre.

Hace miles de años, por las condiciones que indica la paleoclimatología, el sitio pudo haber albergado un importante afluente de agua, un manantial que corría sierra abajo. Además de que, en este sitio, en épocas de lluvia se forman afluentes importantes de agua, que pueden permanecer almacenados hasta por meses.

Tomando en cuenta estas referencias geográficas y climáticas, el sitio fue idóneo para ser habitado por las tribus de nómadas cazadores recolectores por un cierto tiempo, sitios donde quedaron los vestigios de aquellas civilizaciones como moledores fijos y móviles, material lítico, herramientas de piedra como flechas, moledores, raspadores, cuchillos etc., petrograbados y arte rupestre de dos posibles civilizaciones distintas que poblaron el mismo sitio, en tiempos distintos.

De las representaciones rupestres que más abundan son las puntas de flecha tipo Shumla, cuyos grabados actualmente están fechados entre el 1,000 al 200 a. C. que han sido encontradas en el norte de Texas y en Coahuila, las cuales fueron utilizadas por tribus nómadas de cazadores recolectores del periodo Arcaico Tardío.

Asimismo, dentro del mismo recinto se localizan representaciones rupestres de tipo antropomorfo, donde destacan figuras humanas, sierras, animales y una “S” que representa el sitio el sitio donde se localizan las pinturas rupestres, mismo que se puede identificar al momento de explorar el sitio, cuya cañada forma un “S” desde la cueva hasta el final del cerro.

Al menos una de estas representaciones rupestres, se asocia con la que se localiza en la “Cueva de los Remedios” donde se representan figuras geométricas continuas, semitriángulos entrelazados, que representan las sierras, el medio geográfico que rodeaba a las antiguas tribus nómadas de cazadores-recolectores que transitaron por el desierto, el cual pertenece al Bolsón de Mapimí.

Las sierras antes descritas, que se sitúan en la Cascada de los Chuzos y la Cueva de los Remedios, son probablemente de la tribu de los tobosos, tribu conformada mayormente por los nonojes y acoclames.

Otra de las espectaculares representaciones rupestres del mismo sitio, es una figura humana donde a un lado se localizan 15 círculos concéntricos; cuyo significado es la apreciación de cosmos por parte de los Tobosos, representando el cielo nocturno del desierto del Bolsón de Mapimí, cuya formación es la misma en que se puede apreciar desde la Cascada de los Chuzos.

Se expresa en diversos estudios que los pirograbados del sitio, puntas de proyectil, son del tipo Shumla, descrito por primera vez por Shum y Krieger en 1954 en varios sitios de S.W. de Texas, donde su distribución se centra en el área de confluencia de los ríos Pecos y Bravo del norte, y se extiende hasta el Big Bend y norte de Coahuila.

Este sitio, al igual que otros que se localizan en Jiménez, forma parte de un corredor cultural, donde diversas tribus dejaron vestigios, los más impactantes son las representaciones rupestres, mismas que en al menos tres puntos; Los Remedios, Cañada Roja y Cueva de las Campanas, se puede identificar que corresponden a los Tobosos, que se alargan hasta lo que es el sitio arqueológico de Peñoles, en el municipio de Villa Coronado.

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Publicado originalmente en El Sol de Parral

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