En la narrativa de Ana Alicia Aguirre se cuela su mirada de arquitecta. La mujer del retrato (Textofilia, 2021) muestra al arte como alegoría del amor, “con esta idea de que transforma el entorno y las vidas de las personas, tanto del creador, como del espectador”, dice en entrevista.
En este caso, la transformación de los personajes está relacionada con el amor en sus diferentes etapas. “Quería contar el amor como acontecimiento. En el mundo en el que vivimos, los objetos se experimentan como acontecimientos. Pasa con las experiencias amorosas, y por eso hay una relación tan estrecha con todo lo que tiene que ver con objeto, arte y amor en la novela”.
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En La mujer del retrato, abunda Aguirre, aborda “el acontecimiento por excelencia”, el enamoramiento, en contraposición con el matrimonio, y ahí es donde está la tensión, cuando aparece una infidelidad y los tres involucrados se enfrentan al hecho desde su punto de vista.
“La protagonista es una mujer de hoy y su forma de vida va de acuerdo con los ideales de nuestro tiempo. Pedro su esposo es atractivo, inteligente, un hombre de números y Pablo, un artista plástico, es un hombre atormentado por el estilo de vida que lleva”, comenta la autora y arquitecta.
Lejos de ser una novela rosa, “además de hablar de temas de siempre, como el amor, habla de las relaciones de pareja, del concepto de éxito, de belleza, de la vida en pareja en el mundo globalizado, ahí está el punto de quiebre”.
Casi de manera natural, al profundizar en el amor como acontecimiento, apareció el tema del adulterio. “La misma trama de la novela me fue llevando a una pareja en una etapa del amor ya en la cotidianidad”.
La forma como se resuelve el triángulo amoroso va de la mano de Pedro el esposo, un hallazgo en la narrativa, que se aleja de estereotipos y representa una forma nueva de vivir la masculinidad, haciendo ver que otro tipo de hombres en la sociedad contemporánea es posible.