No importa cuánto lees ni cómo lees, lo importante es de qué manera la lectura deja huella en tu vida a través de la reflexión y surgimiento de nuevos pensamientos”, afirma Alejandra Guadarrama Mancera, quien desde hace siete años ha encontrado en el fomento a la lectura una realización personal, al poder ser un enlace entre las personas y las historias que aguardan en los libros, esperando “habitar” en alguien, como ella misma lo define.
En el fomento a la lectura existen muchos clichés -opina Alejandra Guadarrama-, desde que leer te hace una persona más inteligente, más valiosa o que te sirve para tener buena ortografía, “en muchos casos eso no ocurre así, no es una regla, lo que sí puede hacerte un libro es generar un pensamiento crítico sobre tu contexto porque a través de las historias de terceras personas puedes indagar en ti mismo y en lo que hay alrededor”.
Alejandra Guadarrama forma parte del programa Salas de Lectura, que opera en todo el país desde hace 25 años a cargo de las instituciones de cultura, y que tiene como objetivo acercar los libros a la comunidad. En el estado existen 82 salas de lectura a cargo de personas que sin una remuneración económica dedican su tiempo a esta labor. Los mediadores de salas prestan sus casas, sus espacios o cargan libros para llevarlos a las comunidades. En el caso de Alejandra, ella acude a la Casa del Abuelo, en Atlihuetzía, una asociación civil que atiende a personas de la tercera edad.
“La lectura no debe ser una imposición”
Cuando llegué a este espacio y les pregunté ¿quién quiere leer un libro? no obtuve interés, la lectura no debe ser obligada, así que se buscan las formas; en mi caso me fui por la oralidad porque en los adultos mayores los recuerdos y las charlas son más placenteras.
Con esto quiero decir que la lectura tiene muchas formas, no es algo cuadrado, no se ciñe a una forma específica; puedes empezar un libro por el final, puedes no terminarlo, puedes hacer pausas y retomar, pues la lectura no debe ser una imposición sino un encuentro gustoso”, afirma Guadarrama.
Antes de iniciar una sala de lectura, los mediadores reciben capacitación y se les otorga un acervo de libros, que van desde textos científicos hasta literatura universal, y el acervo lo nutre el mediador de acuerdo con los intereses y personalidad de los asistentes.
- 25 años tienen funcionando el programa Salas de Lectura, que opera en todo el país
- 82 Salas de Lectura hay en el estado, a cargo de voluntarios que dedican su tiempo a esta labor
En México existen cerca de cuatro mil salas de lectura en los 32 estados, y buscan propiciar el pensamiento crítico y que los lectores cuenten con un espacio para el diálogo.
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