Fue justo un año antes de morir en 2002 que el editor español Juan Grijalbo escribió sus memorias, a la edad de 90 años, gracias a la insistencia de la famosa agente literaria Carmen Bacells. Sin embargo, no fue sino hasta hace apenas unos meses que su hija Poopy Grijalbo las dio a conocer en una publicación que ella misma editó bajo el título Juan Grijalbo. La última palabra.
Son los recuerdos íntimos y laborales del fundador y director de Grijalbo Editorial, uno de los sellos más importantes en lengua española, cuyas primeras publicaciones se hicieron en México en 1975. Entre los libros que tuvo el tino de introducir al mercado hispanohablante se encuentran los bets seller de El padrino, de Mario Puzo, El motín del Caine, de Hermann Wouk, así como obras de destacados autores, Irving Wallace, Jacqueline Susann, Harold Robbins, Stephen King, Luis Spota y hasta Rius.
“Estas memorias permiten al menos cuatro lecturas. Primero está la costumbrista, desde la austera Gandesa hasta la opulenta Barcelona de fin de siglo; luego, la lectura sociológica que da cuenta del humor social en varios momentos y varios países; la política en un arco que va de la curiosidad del joven Juan que lee los periódicos para enterarse de la realidad, hasta el entramado de intereses del más alto nivel en el que un empresario transnacional se ve inmiscuido y finalmente la editorial, en dos aspectos, el empresarial y el del olfato”, comentó el editor Tomás Granados en la presentación del libro.
El también editor Daniel Goldin, resaltó el carácter no comercial de esta publicación que ya tiene el número 111, de la colección Biografías Gandesa, iniciada en 1951 por Grijalbo, en cuyos volúmenes aparecen grandes personajes como Napoleón y Mussolini,
“Este libro requiere ser leído como fue escrito, como el testimonio personal de un gran hombre que, en el final de sus días, desea recuperar y compartir lo que él considera los momentos claves de su vida, para mostrar el camino, para alentar a otros a seguir el propio en un escenario muy distinto del que a él le tocó”.
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Poopy Grijalbo agregó que el legado de su padre tendrá un lugar en la Caja de Letras del Instituto Cervantes, donde se piensa incluir, además de estas memorias, un diccionario enciclopédico y un paquete de puros.
“Esta edición de las memorias de mi padre es la más especial de toda mi carrera. He puesto en ella mi amor, entusiasmo y profesionalidad. Mi trabajo fue editar únicamente lo que Juan dejó escrito, tal cual lo reflejó, lo pensó y juzgó él. No he alterado el contenido de ningún modo. Estas memorias nos revelan a una persona completa, sincera, sin miedo a que lo juzguen por expresar sus opiniones con respeto, rigor y seriedad”, dijo la también editora.