Por primera ocasión el artista visual Rafael Cázares presenta obras de escultura en piedra, las cuales surgieron de su inquietud por el arte rupestre que se encuentra en la zona conocida como Las Cuevas en el municipio de Atltzayanca donde radica actualmente, de tal forma que estas piezas son el reflejo de la propia identidad, como él mismo explica.
Cázares compartió con El Sol de Tlaxcala que su creación escultórica en piedra volcánica es una forma de agradecimiento al escultor español Jordi Raga quien en el 2018 realizó una obra para la Galería del Agua, espacio que dirige el artista, así como su interés por las múltiples posibilidades que otorga el trabajo con la piedra.
“Estas obras fueron realizadas en piedras volcánicas tipo recinto y malpaís, como recurso propio de identidad y energía contenida. Surgieron como una inquietud por el arte rupestre de Las Cuevas de Atltzayanca, el municipio donde vivo, pues los antiguos pobladores tallaron rostros en las piedras cuando no había espejos, por lo que resultan tan inquietantes los semblantes petrificados. Así he pensado en las múltiples posibilidades de las piedras, mil caras de un mismo gesto ancestral y contemporáneo”, detalló el artista.
Con una formación profesional en arquitectura, Cázares plasma en estas piezas de escultura una fusión entre pintura vitrificada y escultura que interactúan con la infraestructura urbana, en las que cada conjunto de cuatro piezas escultóricas modulares permite un juego visual de hasta 64 acomodos.
Pensemos en el tiempo perdido, la infinitud; a través de la pintura podemos reinstalar el presente de las piedras volcánicas y su contenido simbólico, desde su condición rupestre y marginal. Tal como el proceso natural, la tierra hace la mezcla, el volcán cocina, los canteros extraen los peñascos, en los talleres las cortan y yo pongo los colores. El concepto creativo culmina en colectivo, a manera de relevos, cada uno añadiendo esfuerzosseñaló.
Las piezas de escultura integran elementos pictóricos los cuales fueron elaborados con la técnica de pintura vitrificada a la cual el artista agregó tierras, cenizas, arenas, cuarzos, óxidos y fundentes, lo cual describió como una necesidad de evitar el consumismo de materiales costosos.
Estas piezas de escultura, así como su trabajo pictórico se exponen de forma permanente en la Galería del Agua, espacio que también alberga las propuestas de artistas locales y de otras latitudes que, de acuerdo con Cázares, se encuentra en un proceso de reacomodo.
La pintura es un ir y venir, encuentro y desencuentro, un torbellino de ansiedad y calma. Las piedras pintadas entran a los hornos delicadamente, intocables, conteniendo la respiración, los colores pajizos, crudos, sin brillo, sin cuerpo. La pintura vitrificada desborda su dimensión, no será simplemente un cuadro en la pared, tiene poder volcánico y memoria. La piedra recinto tiene un carácter sensual, táctil, casi piel, cocinada a fuego lento.
Rafael Cázares / Artista Visual
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