El principal impulsor de las grandes carreras deportivas es el entrenador, persona que tiene el papel de motivar, disciplinar, evaluar, mejorar la técnica y estar en constante actualización para formar a profesionales.
Una tarea que no es sencilla porque deben combinar sus actividades personales con su amor al deporte, incluso, cuando son entrenadores de equipos infantiles y juveniles, tienen la responsabilidad de cuidar a grupos de los niños.
Ganarse la confianza de los padres de familia es un trabajo que implica diferentes aspectos, como la cercanía con las personas, el trabajo en el terreno de juego, la trayectoria, la experiencia y las referencias, indicó José Luis Márquez Saavedra, entrenador de futbol de categoría infantil en Ixtacuixtla.
“Actualmente vivimos una complicada situación de inseguridad, donde ya no se puede confiar en las personas, agradezco que los progenitores de los 10 niños que tengo a mi resguardo crean en mí y me permitan traerlos a jugar cada fin de semana”, aseveró.
EL PAPEL DE ENTRENADOR
Cada sábado José Luis Márquez debe levantarse temprano para desempeñar su papel como entrenador deportivo.
Al finalizar su aseo personal, la rutina comienza desde las 8:00 horas para pasar a traer, en sus respectivos hogares, a los niños que juegan futbol en el equipo Santa Fe.
Casa por casa va tocando puertas de la zona centro de Ixtacuixtla, hasta completar la escuadra para poder competir en la Liga Municipal de Futbol.
Al llegar al campo, los infantes realizan una ligera rutina de calentamiento para evitar incidentes y antes de pisar la cancha, analizan la técnica, la posición que desempeñará cada uno en el terreno de juego y los motiva para disfrutar el partido.
“Lo importante es jugar y divertirse, son niños y están en una etapa para aprender y disfrutar, les exijo, pero no los presiono; los entrenadores celebramos sus triunfos, pero también sufrimos las derrotas, somos un equipo”, indicó.
En el juego, el estratega se transforma, recorre de lado a lado la cancha para seguir cada jugada y detectar las fallas y fortalezas. Los gritos y las exigencias se intensifican conforme avanza el reloj.
Cuando cae una anotación en contra, se llevan las manos al rostro o la cabeza como una forma de lamentar la situación, pero cuando consiguen resultados favorables, aplauden la jugada, desde fuera de la línea que delimita la cancha, viven y sufren cada momento, situación que se repite en los entrenadores de futbol, basquetbol, voleibol, entre otros.
- 10 niños, de los ocho a los 12 años de edad, son responsabilidad del estratega José Luis Márquez, quien cada se hace cargo de trasladarlos al entrenamiento.
LOS INCIDENTES
Lidiar con padres de familia es lo más difícil para los entrenadores deportivos, no todos aprueban su trabajo y llegan los reclamos. Cuando la inconformidad es mayor, incluso alejan a los niños del equipo. “En mi caso no ha pasado de un reclamos e inconformidades, pero conozco casos que llegan a las agresiones físicas”, dijo José Luis.