Cada fin de año, justo 12 campanadas antes del renacimiento de un nuevo año, miles de familias mexicanas llevan a cabo uno de los rituales más populares de la época decembrina.
12 uvas por cada buen deseo o propósito, acompañados de champagne como lo dicta la tradición, cuya popularidad se ha extendió por toda América Latina.
EL ORIGEN
Se dice que las uvas “de la suerte” comenzaron a tener auge en España, a finales del siglo XIX.
Un excedente de la cosecha de este fruto en Alicante hizo que los productores incrementaran sus ventas.
Otra de las teorías se remonta en 1882, en Europa, cuando un grupo de madrileños acudió a la plaza de la Puerta del Sol para ingerir una uva por cada campanada de medianoche.
Desde entonces esta tradición se lleva a cabo en países de habla hispana como infaltable ritual de fin de año, con mayor arraigo en Venezuela, Ecuador, Perú, Chile, Colombia y, por supuesto, México.
Comienza la venta de uvas en los mercados locales
Faltan unos días para Nochevieja y la tradición de las 12 uvas se ve reflejada en los mercados locales, donde los días previos se incrementa la venta de uvas y, por ende, su precio.
De acuerdo con algunos fruteros del mercado capitalino “Emilio Sánchez Piedras”, el costo varía de acuerdo a la calidad del fruto, es decir, la más cara oscila entre los 100 y 120 pesos el kilo (uva verde sin semilla) y, entre 40 y 85 pesos la más económica (uva roja y pequeña).
Confían que durante estos días incremente la venta de racimos por ser época de festejos y reuniones familiares.
El precio actual de la uva se mantendrá hasta los primeros días de enero.
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