Aunque los plastificantes son esenciales para la producción del plástico, estos al degradarse y consumirse a través del agua, por ejemplo, puede causar severos daños cerebrales en humanos.
Un reciente estudio de la Universidad de Bayreuth hecho a peces muestra la cantidad de funciones cerebrales afectadas por el consumo de algunos plastificantes como el bisfenol, utilizado en numerosas industrias.
Si bien, los daños no ocurren inmediatamente, “las células cerebrales se exponen a pequeñas cantidades de BPA (plastificante bisfenol A) o BPS (plastificante bisfenol S) durante un mes, el daño es inconfundible”, explica la coautora del estudio, Elisabeth Schirmer, estudiante de doctorado de dicha universidad.
E incluso pequeñas cantidades de los bisfenoles alteran la comunicación entre las células nerviosas del cerebro de los peces, por lo que es muy posible que esos mismos efectos también se produzcan en los cerebros de otros vertebrados, incluidos los seres humanos.
De acuerdo la investigación, cerca de 8 millones de toneladas del plastificante bisfenol A se producen en todo el mundo cada año, lo que hace que el BPA esté presente de forma ubicua en el medio ambiente desde el agua superficial hasta la leche materna.
Cabe mencionar que respecto al tema existen diversos estudios incluidos de expertos mexicanos. Tal es el caso del académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Humberto Gómez Ruiz, quien asegura que el consumo del bisfenol A puede incrementar el riesgo de desarrollar diabetes y cáncer, así como afectar las funciones hormonales.
El especialista en Química Analítica Ambiental detalló que esta sustancia es un disruptor del sistema endócrino, y se relaciona con la alteración del sistema hormonal, sin embargo, pese a sus riesgos, sigue siendo muy utilizado en el recubrimiento interno de los envases de alimentos.
Continúa leyendo: