En situaciones de riesgo como amenazas de explosivos, el mejor aliado para su detección rápida es el olfato del perro, sin embargo, su entrenamiento puede requerir de mucho tiempo, dedicación y dinero.
Un reciente estudio realizado por académicos de la Universidad de Washington en Misuri, Estados Unidos, descubrió a otro animal capaz de reemplazar a los canes en esta riesgosa operación.
Se trata del saltamontes, el cual a través de las neuronas receptoras olfativas situadas en sus antenas, pueden detectar olores en el aire, como alimentos, depredadores o sustancias químicas.
Las antenas de estos insectos envían señales eléctricas a una parte de su cerebro que se conoce como lóbulo antenal. Para comprobar lo dicho, el equipo de investigadores les implantaron electrodos, luego lanzaron distintos vapores cerca de sus antenas, que contenían dinamita y otros explosivos.
De esta manera, descubrieron que las sustancias activaban diferentes neuronas en los lóbulos antenales cuando detectaban explosivos y cuando no.
Sin embargo, para lograr una precisión de detección del 80% se requirió de siete saltamontes juntos, cuyo proceso les llevó siete horas. Además, después de este largo periodo de tiempo, los insectos quedaron sin energía y murieron.
Finalmente, de acuerdo con el portal BBC, los investigadores refirieron que el próximo paso será evaluar cuán efectivas son sus antenas en una situación real, cuando el ambiente está inundado de múltiples olores.
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