Las luciérnagas son de los animales más atractivos para los turistas de todo el mundo que buscan experiencias en ambientes naturales. De hecho, en el artículo “Firefly Tourism: Advancing a Global Phenomenon Toward a Brighter Future” de la revista Conservation Science and Practice, la bióloga de la Universidad de Tufts, Sara Lewis y sus colegas, expresan que 1 millón de personas viajan cada año para disfrutar el espectáculo nocturno que protagonizan las luces de estos insectos durante tu época de apareamiento.
Los expertos indican que el entomoturismo (turismo en un lugar natural) puede ser beneficioso en un sentido económico, social y psicológico para las comunidades locales y los mismos turistas. No obstante, si no se aterrizan las medidas de protección adecuadas, las consecuencias podrían ser irreversibles para las luciérnagas, pues muchas de sus comunidades podrían desaparecer.
En México, como en otros cinco países, se ha popularizado esta experiencia única, lo cual, afirman los especialistas, podría ser un problema: “Durante la última década en México, el rápido crecimiento del turismo enfocado en las luciérnagas es emocionante pero también alarmante (…) Nos alegra que la gente pueda experimentar una de las mayores maravillas naturales del mundo. Pero también queremos asegurarnos de que las luciérnagas todavía estarán presentes para que las generaciones futuras puedan disfrutarlas”, detalla Tania López-Palafox, coautora del artículo.
Por lo expuesto anteriormente, el documento exhorta a administradores de sitios turísticos, guías turísticos y turistas a reconocer los requerimientos de las luciérnagas en todas las etapas de su vida. En ese sentido, se debe minimizar la contaminación lumínica en los sitios de avistamiento, ya sean luces de los vehículos, linternas o celulares que puedan interrumpir el cortejo de los insectos. Así mismo, se debe evitar la alteración del ecosistema, la contaminación del suelo y del agua.
De igual forma, exponen la importancia de proteger el hábitat circundante, ya que muchos de los insectos pasan la mayor parte de su vida viviendo bajo tierra, en la hojarasca o bajo el agua. Esto podría ser un peligro, pues las pisadas inadvertidas de los turistas acaban con las larvas y gran parte de las hembras.
Ya sea que las áreas de avistamiento sean dirigidas por el gobierno local o por sitios privados, se deben tener en consideración estos consejos que garantizarán la salud del ecosistema y la posibilidad de que las comunidades de luciérnagas nos sigan asombrando por mucho tiempo, asegura la comunidad científica, que se encuentra trabajado en la investigación de posibles amenazas a la especie y cómo evitarlas.
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