Los insectos tienen una razón de ser: mantener el equilibrio de los ecosistemas, ni más, ni menos; por lo tanto, de los mil 400 que existen en nuestro planeta, necesitamos a todos y cada uno de estos.
Sin embargo, de acuerdo con el informe de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), más de un tercio de todas las especies de insectos están en peligro de extinción, entre ellos, los polinizadores.
La polinización, que realizan las pequeñas aves, murciélagos e insectos que se mueven de una planta a otra en busca de néctar, es el proceso natural que permite que las flores sean fecundadas para dar semillas y frutos.
Tan solo en México, cerca del 88% de las 145 especies cuyo fruto o semilla cultivamos y comemos como el chile, mango, calabaza, frijol o jitomate, dependen estos animales para su producción. Esto quiere decir, que nos alimentamos gracias a los polinizadores.
Por tal motivo, es importante valorar e informarnos sobre los beneficios que representan para la subsistencia de la humanidad y de otras especies, pues, de otro modo, “seguirán efectuándose prácticas que ponen en peligro a estas especies, tales como la pérdida de diversidad y el desabastecimiento de flores, su principal alimento, o bien el uso indiscriminado de agroquímicos”*.
¿QUÉ ES LA POLINIZACIÓN?
Es el proceso que se desarrolla desde que el polen deja el estambre en el que ha sido generado hasta que llega al pistilo en el que germinará, un recorrido que permitirá la aparición de nuevos frutos y semillas.
PARA SABER MÁS
Entre los polinizadores más importantes destacan las avispas, abejas, polillas, escarabajos y mariposas, pero también otros animales como murciélagos, colibríes, zarigüeyas, gecos y lémures.
En el mundo, el 80% de los cultivos de los que obtenemos alimentos, bebidas, medicinas, tintas y fibras, dependen también de los polinizadores.
- *con información de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural
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