Las perforaciones en la piel pueden resultar riesgosas para la salud. Sus riesgos más importantes son las infecciones inmediatas, una cicatrización anómala como la llamada queloide (aquella en las que se presenta un crecimiento descontrolado de carnosidad), o infecciones de enfermedades a largo plazo como Hepatitis o VIH.
También pueden provocar hematomas, dolor agudo o persistente con sangrado en algunas ocasiones, por intervenir en alguna arteria, vena o vaso sanguíneo, detalla Rosa María Ponce, coordinadora de enseñanza y profesora adjunta de Dermatología del Hospital General de México, Posgrado UNAM.
La experta señala que generalmente tarda de 15 a 30 días en cicatrizar por completo, en este tiempo se forma y se recubre con epidermis el canal por el que pasa el arete. Agregó que las perforaciones no suelen afectar al sistema nervioso central más que a los nervios periféricos de la zona en la que se realizan.
En muy pocos casos se puede presentar una infección que se complique y por la cual entren bacterias que viajen al torrente sanguíneo embolizando a la médula espinal y como consecuencia se genere una paraplejia o cuadriplejia, detalla Ponce a través de un comunicado.
RECOMENDACIONES
Se recomienda acudir a sitios que estén avalados por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS). Estos deben contar con material nuevo, estéril, desechable e instrumental limpio, desinfectado, y utilizar guantes nuevos.
Cabe mencionar que algunos aretes generan alergias dependiendo del material con el que estén elaboradas, como el níquel que es de bajo costo. Por el contrario, son más seguros los que son fabricados con titanio o material quirúrgico.
Se debe acudir al médico inmediatamente ante cualquier anomalía en la cicatrización de la perforación o en caso de presentar sangrado persistente, drenado de líquido o crecimiento de algún bulto.
DATO:
No se recomienda realizarse una perforación cuando se está bajo un tratamiento de inmunosupresores.
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