Rechinar los dientes y apretarlos durante la noche o espacios determinados del día es una afección con la que muchos dentistas lidian continuamente, pero la solución no siempre la tienen ellos, a veces se puede requerir otro tipo de ayuda.
El bruxismo, el término técnico de este padecimiento, puede tener su origen en situaciones de estrés, ansiedad o cualquier tipo de alteración emocional en las personas. Con la pandemia, se ha comprobado que los niveles de ansiedad aumentaron desmedidamente en la población y esto puede provocar que la mandíbula empiece a hacer un gran esfuerzo traducido en apretar los dientes ¡hasta con 113 kilos de fuerza!
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De acuerdo con The New York Times, los dentistas han informado un aumento de pacientes con fracturas de los dientes desde el comienzo de la pandemia y lo asocian al bruxismo. Otros indicadores del padecimiento puede ser el dolor de cuello, la sordera temporal o el envejecimiento prematuro del rostro.
Los dentistas recomiendan a sus pacientes usar una guarda en la noche que evitará que los dientes choquen entre sí, pero hay quienes piensan que esta solución puede ser poco higiénica o incluso podría empeorar el problema, ya que los estudios relacionados con el bruxismo sugieren que apretar los dientes durante la noche es normal e incluso puede ser bueno, pues el oxígeno ingresa mejor a los pulmones y estimula las glándulas salivales para lubricar la boca seca.
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No obstante, el bruxismo en exceso tiene consecuencias sobre las piezas dentales y puede convertirse en un grave problema. Así que lo recomendable es primero encontrar la causa. Si no se trata de estrés, muy probablemente sean los malos hábitos de sueño, las posturas incómodas o la respiración irregular, para eso se puede buscar ayuda con un fisioterapeuta que corrija la postura y nos enseñe a respirar correctamente relajando la mandíbula.
Por otro lado, el apoyo psicológico debe considerarse siempre para modificar los hábitos de sueño, tomar conciencia y entrar en un estado de paz mental el mayor tiempo posible.
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Las investigaciones también indican que respirar con el diafragma y cantar pueden fortalecer y expandir los músculos de las vías respiratorias para reducir tanto los ronquidos como el bruxismo. Otros buenos ejercicios son apretar los omóplatos y mantenerlos juntos, así como poner los brazos en alto como un poste de la portería e inclinarse hacia una puerta para estirar el pecho.
Así que ya lo sabes, el bruxismo es un problema que debes tratar desde el origen, “las guardas dentales solo son un curita”, como lo dijo Tammy Chen, especialista del tema.
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