Actualmente, quienes trabajan en el campo y las personas mayores, acostumbran a poner especial atención a los primeros días del año, cuyo objetivo es predecir el clima que nos deparará a lo largo de 12 meses, a través del método ancestral denominado “cabañuelas”.
Las nubes, la fuerza del viento, la humedad y la temperatura, son algunas de las variaciones que toman en cuenta para pronosticar el tiempo. Su origen, según algunas teorías, proviene de la festividad judaica de los Tabernáculos. En un documento de Toledo del año 1020, se menciona que los judíos colgaban cien cabañuelas en su barrio en memoria de los años que pasó el pueblo vagando por el desierto de Sinaí.
En el caso de México, existen antecedentes prehispánicos que versan sobre la forma en que las diferentes culturas realizaban sus cálculos de meteorología, utilizado como referencia el solsticio de invierno.
¿CÓMO FUNCIONAN?
La tradición dicta que el uno de enero corresponde al primer mes del año; el dos de enero, febrero; el día siguiente, marzo, y así consecutivamente hasta llegar al 12 de enero, el cual determinaría el clima de diciembre.
Posteriormente, se aplican las “cabañuelas” de regreso, es decir, del 13 al 24 de enero, siendo el 13 el mes de diciembre; 14, noviembre; 15, octubre; así sucesivamente hasta llegar de nueva cuenta al mes de enero.
Respecto, a los pronósticos de este 2019, algunos campesinos tlaxcaltecas advierten que será un año positivo para las cosechas, debido a que se presagian lluvias de marzo a noviembre.
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