Calles semivacías, algunos locales cerrados, personas que debieron salir de su casa por enseres o alguna necesidad, así fue el retorno al semáforo naranja. Lo que no pudieron faltar fueron las largas filas en los bancos, que poco ayuda a guardar la sana distancia, pues a pesar de la pandemia, el pago de los servicios debe continuar realizándose.
Los tlaxcaltecas que circulaban por las calles de la ciudad y otros municipios, parecieron entender que no es un juego, que Covid-19 está aquí y llegó para quedarse y, aunque no de la mejor calidad, sí portaban el cubrebocas aunque con sus excepciones.
Los portales del centro de la ciudad, ese espacio que otrora estaba recuperando de la presencia de comensales, hoy lució casi vacío y solo, pues pocos fueron los que se aventuraron a permanecer ahí sin ser necesario.
Si bien el Estado no implementó medidas punitivas, las indicaciones sobre el aforo de los espacios públicos -uno de los principales lugares de contagio- sí tuvo que acordonarse con cintas de precaución. Aunque a algunos parecía invitarlos a pasar por alto la advertencia.
Más allá, hacia el mercado capitalino, los comerciantes de temporada esperaban tener ventas para llevar el sustento a casa, para poder sino festejar, sí tener un plato de comida en su mesa. No obstante, lucían preocupados, pues aseguraban que esta enfermedad les cambió la vida y no les permitía, como a muchos otros, llevar el pan a su hogar.
También, aunque no como se esperaba, la circulación vehicular disminuyó, pues bastaba caminar por la calle 20 de Noviembre, en el centro de la ciudad, para percatarse de que el estruendo de las bocinas de los automovilistas no fue tan intenso como en días pasados.
LAS DISPOSICIONES SANITARIAS
El retorno al naranja dice que además de las actividades económicas esenciales se permitirá que las empresas de las actividades económicas no esenciales trabajen con el 30 % del personal para su funcionamiento, aunque tomando en cuenta las medidas de cuidado máximo para las personas con mayor riesgo de presentar un cuadro grave de Covid-19. Pero no todo se lleva a la práctica.
También, indica que abrirán los espacios públicos al aire libre con un aforo reducido. Sin embargo, para la economía es vital mantener las cortinas arriba, prestar servicios y no detenerse, pues a los propietarios de pequeños negocios nadie les proporcionará recursos.
Quizá este inicio de semana de celebraciones navideñas es muy diferente al del Buen Fin, donde además de reactivar la economía se reactivaron los contagios, esos que ya superaron los 10 mil.
El llamado constante del sector salud es el mismo, pues ese no se puede suplir y tampoco es responsabilidad de este el que las personas lo realicen, pero la conciencia debe estar en cada uno para lavarse las manos, utilizar el cubrebocas, “pues es más fácil respirar con este artículo que al estar intubado en un hospital”.
Sin embargo, aunque la mayoría está consciente de la letalidad del virus, piensa que si les debe pasar, les pasará, y si mueren es que ya les tocaba, ese pensamiento que no permite frenar esa cadena de contagios que de a poco se extiende.
Algunos más, sí permanecieron en sus hogares, pues toman en serio que esta enfermedad puede acabar con su vida, por eso no escatiman en el lavado de manos, desinfección total al salir de su casa e ir a lugares públicos, además de hacer lo propio con los enseres que adquirieron, pues este virus sobrevive en varias superficies.
Este lunes, aunque fue normal, estuvo cargado de responsabilidad –a medias- por parte de los tlaxcaltecas.
- Aunque el Estado no implementó medidas punitivas para cumplir con las medidas sanitarias, como la sana distancia, sí acordonó espacios públicos con cintas de precaución.
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