El cierre de negocios formales como restaurantes, ha provocado que algunas familias se queden sin ingresos, al depender directamente de las ventas que realizaban a estos espacios de comida, por lo que tienen que ir de casa en casa para obtener lo básico para la alimentación, tal y como lo realiza Juan Carlos Torres Hernández.
Desde hace más de un mes, el señor Juan Carlos dedicado a la venta de postres típicos acude a las unidades habitaciones ubicadas en la capital del estado y comunidades circunvecinas para vender los productos que elabora con su familia, pues no tiene ventas, pero los gastos del hogar no se han detenido.
Sus ventas han bajado más del 10 %, situación que según él podría seguir empeorando pues los negocios siguen sin abrir, diariamente sale desde muy temprano de su casa y no regresa hasta vender la mayor parte de su producto.
A pesar de la contingencia, señaló que no teme “arriesgarse” a salir a vender, pues tienen que buscar cómo mantener a su familia y es que de Juan Carlos Torres dependen su esposa, sus dos hijas que estudian la preparatoria y su hijo menor de cuatro años.
Durante estos días comenta es difícil obtener dinero, y tiene que pagar luz, agua y renta, además de la alimentación, por lo que sus hijas y esposa también lo apoyan con la venta para conseguir el ingreso familiar.
A pesar de que se encuentra temeroso de poder contraer el Covid-19 al salir diariamente a trabajar, ha decidido no portar un cubre bocas como medida sanitaria, pues a decir de Juan Carlos, esto provoca incertidumbre entre sus clientes y muchas de las ocasiones deciden no comprarle, ya que piensan que puede estar enfermo.
Aquí hay que arriesgarse a todo, el que no arriesga no gana, lo único que hacemos es traer nuestros alimentos que vendemos bien sellados para que esto le de confianza a la gente, aseveró.
Con paso cansado Juan Carlos Torres recorre diariamente más de cinco horas las calles y unidades habitacionales para colocar su producto, ya que los espacios públicos han sido cerrados como medida de protección para evitar la propagación del coronavirus, sale solo a vender al igual que su esposa e hijas con la intención de tener contacto mínimo con la gente.
Trabajar en tiempos de contingencia es muy difícil, a veces la gente no nos quiere ni abrir la puerta solo nos atiende desde la ventana, pero no podemos parar por que los gastos de comida y de la escuela siguen siendo diarios
Juan Carlos Torres / Productor
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