Como lo marca la tradición, ayer trabajadores del volante se apartaron un momento de la rutina para que, con celebraciones religiosas, en algunos casos caravanas y la decoración de sus unidades, celebraran el día del chofer.
Desde temprana hora en distintas comunas los “chafiretes” o “ruleteros” como se les conoce, se dieron cita en los templos religiosos para agradecer por un año más de trabajo pues el oficio no es nada fácil.
Elías Rodríguez Mendoza, quien se dedica a esta labor, refirió quelas jornadas son un poco largas y pesadas, a veces trabajamos hasta 16 horas, algunos empezamos a partir de las seis de la maña y venimos acabando a las 10 de la noche”. Comentó que son “bastantes horas de estar sentados, soportar el tráfico y algunos contratiempos que se presentan durante el día, y los tiempos que son complicados por los horarios que se establecen en algunas rutas.
Aunque existen algunas dificultades latentes para quienes se desempeñan en esta labor como es la inseguridad y la variación de salarios que oscilan entre 100 a 500 pesos, dependiendo de la ruta que se les asigne para trabajar,
Las situaciones que enfrentan día a día no los desanimaron, cohetes, el sonido del claxon, música y convivencias fueron ideales para poder disfrutar de la fecha. La bendición de sus unidades, previamente adornadas, no pudo faltar; la basílica de Ocotlán fue la sede donde se reunieron algunos transportistas, aunque esta vez en menor cantidad.
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