“Compartir lo que tenemos con los más necesitados”, fue el llamado que hizo el obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, a la comunidad de fieles católicos, como reflexión dominical del tercer domingo del año litúrgico ordinario.
A través de un mensaje difundido en las redes sociales de la Diócesis de Tlaxcala, el jerarca católico aseveró que una de las finalidades de la biblia es motivar a la acción en medio del mundo y en favor de los desprotegidos, para que la palabra del señor sea viva y no letra muerta.
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Poner esperanza en los que sufren. Sí lo que hacemos y decimos los cristianos no es captado como buena noticia por los que sufren, ¿qué evangelio estamos predicando?, ¿a qué nos estamos dedicando?, cuestionó.
El mensaje del Obispo fue que al igual que Jesús, los ciudadanos deben empeñar sus esfuerzos para apoyar a los grupos de personas con mayor necesidad, como los pobres, cautivos, ciegos y oprimidos.
La iglesia es de quienes sufren o deja de ser la iglesia y si no son ellos quienes nos preocupan, entonces ¿de quienes nos estamos preocupando?... Jesús tiene claro su programa, sembrar libertad, luz y gracia, esto es lo que deseo introducir en aquellas aldeas de Galilea y en el mundo entero, refirió.
Además, dijo que la población puede lamentarse de la indiferencia religiosa o de muchas cosas, pero si siguen “el programa de Jesús” se sentirán llamados a poner en el mundo la ansiada luz de esperanza.
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Por otro lado, en su tradicional mensaje dominical admitió que la emergencia sanitaria ha dejado dolor, sufrimiento, desconcierto, soledad, tristeza, abandono, pero la palabra de Dios tiene sentido ante ese sufrimiento y la ciudadanía debe responder a ese llamado para apoyar unos a otros.
Donde veamos dolor, sufrimiento, tristeza, abandono estamos llamados a ofrecer una palabra, presencia y actitud para renovar la esperanza, la alegría y arrancar una sonrisa. Nuestra fe no se queda encerrada en cuatro muros del templo, sino que trata de hacer seguida en todas las circunstancias, puntualizó.
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