Entre aplausos, porras, rezos y música fueron recibidas este martes 4 de julio las reliquias de San Chárbel, por cientos de fieles, como parte del recorrido por la Diócesis de Tlaxcala.
Las reliquias arribaron la tarde de ayer a la entidad y visitaron el Santuario de San Miguel del Milagro, en Nativitas y la Parroquia de San Antonio de Padua, Calpulalpan.
La mañana de este 4 de julio fueron recibidas en la Cuasi parroquia de Cristo Rey, en Apizaco y la Basílica de Nuestra Señora de la Caridad, en Huamantla, donde el arte efímero fue muestra de la fe y la religiosidad de pueblo mágico.
Esta tarde y pese a la lluvia que se registró en la capital tlaxcalteca, el ánimo de la grey católica no ha disminuido y acudieron a apreciar las reliquias de San Chárbel, en la Basílica de Nuestra Señora de Ocotlán.
Los vestigios que son trasladados en la entidad son en tres grados, que son restos de los huesos del beato, de su capucha y el símbolo que utilizó al ser un monje libanes.
En la Basílica de Ocotlán los restos de San Chárbel fueron recibidos por decenas de fieles, quienes participan en una celebración en rito maronita, es decir, como se desarrolla en el Líbano por lo que la eucaristía se hace en arameo, mezclado con el idioma español.
Este miércoles 5 de julio las reliquias serán trasladadas al municipio de Chiautempan, a la Parroquia de Nuestra Señora Santa Ana, donde habrá un rosario y veneración, así como una celebración eucarística, actividades que concluirán a las 13:00 horas.
Para posteriormente dirigirse al último punto de visita de la Diócesis de Tlaxcala, la Parroquia de San Francisco de Asís, en Papalotla, donde culminan las actividades a las 19:00 horas.
Una vez concluidas las actividades en el municipio de Papalotla, la Diócesis de Tehuacán recibirá las reliquias para hacer el recorrido que tienen previsto.
SAN CHÁRBEL, ES CONSIDERADO UN SANTO MUY MILAGROSO
San Chárbel es considerado el santo de los que sufren en cuerpo y alma, en México surgió la tradición de hacerle diversas peticiones a través de listones, con diversos significados.
El azul: para la fuerza, protección y voluntad divina.
Rosa: para el amor divino de la adoración y reconciliaciones.
Rojo: para situaciones difíciles y pedir provisiones.
Dorado: iluminación, amor por los seres queridos y la paz mundial.
Verde: esperanza, fe y salud física o espiritual.
Violeta: para la misericordia, perdón y meditación.
Amarillo: para la paz, el equilibrio, sabiduría e intuición.
Morado: para la purificación, la conversión de lo malo en bueno.