En San Juan Ixtenco, única jurisdicción de habla otomí en Tlaxcala, el rescate de esta lengua ha sido muy difícil, pues las políticas públicas no son las adecuadas en instituciones de iniciación, indicó el historiador José Lino Cajero Velázquez.
Si bien dijo que los esfuerzos de las autoridades en el municipio se reconocen porque hay tres planteles educativos destinados a su enseñanza, los resultados no son los esperados después de una década pues, al parecer, solo simulan la instrucción.
A propósito del Día Internacional de la Lengua Materna, refirió que en Ixtenco las acciones de salvarla son limitadas, pues trabajan poco tiempo en los grupos, por lo que el aprendizaje no va más allá de la pronunciación del saludo y algunos cantos.
El veterano de 80 años, que estudia al municipio más antiguo en México (año 1200), consideró que un auténtico rescate de la lengua madre es que fuera instituida como una materia obligatoria en todos los subsistemas educativos.
Estimó que de seguir esta estrategia de enseñanza, en una década, cuando ya no esté la última generación que ahora lo practica, “el problema acrecentará y será más difícil su rescate”.
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