Entre lágrimas y flores fue despedida la señora Agustina Ramírez, quien dedicó 50 años de su vida a vender revistas y periódicos, principalmente El Sol de Tlaxcala.
Murió a los 86 años de edad por causas naturales y su deceso causó conmoción y tristeza entre los ciudadanos que todos los días acudían a su puesto a comprar un periódico o una revista, pues "doña Agustinita" como era una reconocida, fue una voceadora muy querida en Chiautempan.
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En la misa de cuerpo presente, con un beso y algunas palabras que susurraron al acercarse al féretro, su hijo, familiares y amigos se despidieron de ella antes de llevar sus restos al panteón municipal, sitió que se convirtió en su última morada.
Al salir de la iglesia de San Pedro Muloztla, donde tuvo lugar la eucaristía, el cortejo fúnebre avanzó, ambientado con cantos, por la avenida principal de esa comuna hasta llegar al camposanto.
Ahí, nuevamente se despidieron de doña Agustina y le colocaron algunas flores como muestra de cariño.
Antes, en la homilía celebrada en la iglesia de San Pedro Muloztla, el sacerdote pidió por el descanso eterno de doña Agustina para que goces de la presencia y del reino de Dios.
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Pero de forma especial, rogó por la pronta de resignación del señor Enrique Adrián Palma Ramírez, hijo de doña Agustina, así como por su familia.
Ahí, le pidió ser fuerte y "echarle ganas" pues le dijo que con la partida de su mamá no se queda solo porque Dios está con él y debe continuar con la misión para la cual vino al mundo.
Tal como lo informó este Diario, a la señora Agustina Ramírez no solo le apasionaba su trabajo, sino también la poesía y fue tal su gusto que plasmó sus propios poemas en un libro llamado "Poeta no soy" editado con el apoyo de gente que admiraba su talento.
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