Este jueves 24 de diciembre, durante la Solemnidad de la Natividad del Señor, el Obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, pidió a los fieles aprender a transformar el tiempo adverso que la humanidad vive a consecuencia de la pandemia por Covid-19.
Vía digital, desde la catedral de Nuestra Señora de la Asunción, en la capital del estado, recomendó a la feligresía no tirar a la basura el dolor y el sufrimiento que esta nueva enfermedad ha traído, y más bien canalizarlos y unirlos al sufrimiento de Jesús y sus enseñanzas, para que generen vida.
Al señalar que Jesús se hizo hombre para demostrar su fraternidad, sencillez y amor, llamó al pueblo de Tlaxcala a vivir su fe en la humildad y, en este tiempo de pandemia, a dejar sus falsas seguridades que han sido derrumbadas por la pandemia.
Aseveró que la Navidad es la gran fiesta de la luz, de la esperanza, de la sencillez y de la humildad, y mencionó que la pandemia permite a las personas retomar lo esencial de la vida, por lo que instó a reconocer que los dones más grandes que Dios les ha dado es la salud, la vida, la familia, la amistad, la alegría y la sencillez.
Todo sufrimiento, dolor y enfermedad tiene un valor muy grande y hay que saberlos canalizar para que generen vida entre nuestras familias y en el pueblo de Dios, expresó el máximo jerarca de la Iglesia católica en la entidad.
Y es que dijo que en este tiempo es necesario transformar esos sentimientos y cuidar la vida y la salud propia, así como a las personas que se quiere.
"Cada uno de nosotros tenemos que hacer algo en este tiempo, como cuidar a nuestros ancianitos, a nuestros enfermos, a las personas vulnerables de nuestras casas y a todos aquellos que requieren de nosotros, con una palabra, una actitud o una presencia, pues ahí está Jesús", comentó.
Luego, indicó que no es la apariencia lo que vale ante Dios, sino las palabras, el servicio y la humildad.
Sembremos el Evangelio, sembremos palabras, actitudes y servicio para que logremos salir adelante de este tiempo adverso y problemático, y como decía el Papa Francisco 'que ningún virus nos robe la alegría del Evangelio, la paz y la unidad de la Iglesia, dijo con motivo del aniversario del nacimiento de Jesús.
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