Desde que tenía 18 años, Manuel N. comenzó a ganarse la vida a bordo de una camioneta, su “trabajo” consistía en trasladar combustible robado en Puebla, Hidalgo y Tlaxcala, pero su adicción al cristal lo llevó a ser internado en un centro de rehabilitación.
En el valle del Mezquital y en la sierra norte de Puebla y Tlaxcala, desde hace cinco años, el tráfico de hidrocarburo robado ha dejado pérdidas millonarias a Petróleos Mexicanos y gasolineros.
Con apenas estudios de secundaria, sus aspiraciones de adquirir un empleo eran remotas, así que Manuel (nombre ficticio), aceptó la propuesta y se dedicó al robo de gasolina.
El Peñón, Tlaxco -de donde Manuel es originario-, es una de las comunidades con mayor rezago en Tlaxcala y donde aumentaron los puntos de venta de huachicol.
-¿Por qué estás en este Centro de Rehabilitación?
-“En dos años conocí la droga, el alcohol y el cristal, hasta que mi mamá me ingresó, pues ya no podía”.
-¿Cuánto te costaba un gramo de cristal?
-“Entre 200 y 300 pesos”.
-Y ¿de dónde obtenías el dinero para la droga?
-“Era huachicolero, por cada viaje me daban cinco mil pesos y 200 litros de gasolina”.
-Y ¿cómo le hacías?
-“Mi patrón me dio un camión robado, no había policías y los halcones me tenían informado, pero tenía que inhalar la droga para andar al 100”, contó.
Dijo que algunas veces lo mandaron a cargar a los oleoductos de Tlahuelilpan, Hidalgo, donde el pasado viernes una explosión de gasolina ha dejado 100 muertos.
Desde el 20 de diciembre pasado, el trasiego de huachicol, actividad con la que Manuel mantenía a su madre y esposa, quedó atrás.
El joven -ahora de casi 20 años- fue internado en un Centro de Rehabilitación Integral en el municipio de Apizaco, pues era un adicto al cristal.
Ahí, desde su encierro, detalló a este Diario la forma en que la banda delictiva a la que pertenecía, trasladaba el combustible hasta comunidades de Tlaxcala.
Comentó que todo el trabajo era durante la noche, pero debía inhalar la droga para manejar el camión desde las tomas clandestinas en Hidalgo y Puebla.
Explicó que la toma que más visitó está ubicada en El Paredón, una comunidad del municipio de Chignahuapan, Puebla.
“Todo está bien coordinado, los que cargan (el hidrocarburo), los que te van cuidando en carretera y cuando llegas hasta el depósito”, reveló.
Sin embargo, recordó que en la segunda semana de diciembre, estaba muy afectado de su salud a causa del consumo de drogas.
“Mi madre me vio muy mal, estaba drogado y por eso me trajo a este centro, aquí pasé Navidad, Año Nuevo y Reyes, espero salir en dos meses pues mi hijo me espera”.
-Y ¿el huachicoleo?
-“Ya andan los militares cerca de la zona y el camión fue escondido entre el bosque, creo que eso se acabó”.
EFECTOS
“En la carretera cualquier ruido o luz me asustaba, ahora me dicen que era por nerviosismo, por lo drogado que andaba”, narró Manuel.
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