El arte peculiar de Paracho, Michoacán, en la elaboración de guitarras de forma artesanal, ya se estableció en el municipio de San Juan Totolac, gracias al taller de don Rosa María Cupa Miranda.
La actual pandemia de la Covid-19 obligó al guitarrero situar un taller sobre la calle Huexotitla y dejar de trabajar un negocio en la Ciudad de México y otro en Paracho de Verduzco, Michoacán.
Con 67 años de edad y más de 55 años de experiencia, el michoacano Rosa María muestra en Totolac el arte de su tierra natal no solo a través de la elaboración de guitarras, sino también en tejamanileras, bajitos, okuleles, mandolinas, bandurrias y guitarrones.
Los precios oscilan entre los siete mil 500 y 28 mil pesos, esto de acuerdo al material del instrumento, ya que su taller “Guitarras Cupa” maneja madera como: Aguacate, Cedro, Caoba, Palo Escrito, Cedro blanco, Ojo de Pájaro, Arce, Maple y Palo de Rosa de la India y Brasil.
SU HISTORIA
Paracho logró recientemente la distinción de Pueblo Mágico en Michoacán, al ser considerada como “la capital mundial de la guitarra”, pues de acuerdo con estadísticas fabrican el 98 % de estos instrumentos que se venden el México.
Ahí, nació don Rosa María Cupa Miranda, quien desde los nueve años inició haciendo trabajos como adornos o juguetes elaborados a base de madera de todo tipo.
En entrevista para El Sol de Tlaxcala, el michoacano cuenta que desde sus estudios de primaria ya fabricaba trompos, valeros o carritos, pues consideró que era un hobby inherente y una costumbre de su pueblo.
Allá la mayoría tiene un taller de guitarras, por cada camino se observa como manejan la madera para elaborar uno de los esenciales instrumentos de México, dijo.
Relató que conforme crecía, se interesó más por la elaboración de guitarras, pero nunca descuido sus estudios, ni el sueño de convertirse en un reconocido guitarrero de Paracho, Michoacán.
Después de los juguetes y adornos, fabricó bancos, sillas, roperos y otras cosas de madera, pero todo se perfeccionó tras ingresar al arte de la elaboración artesanal de las guitarras. Su padre fue uno de sus principales maestros en este oficio, ya que en vida logró tener el mejor taller en el ahora Pueblo Mágico; después, conoció a Julián y Emilio López, ambos considerados como los mejores guitarristas de su época.
No obstante, también fortaleció sus conocimientos con un estudiante, quien le enseñó la teoría y algunas técnicas para hacer guitarras, ya que el hobby de su vida lo ejercía líricamente; aunado a ello, recuerda a Vasco de Quijoga, conocido como el “Tata Vasco”, quien también enseñó muchos oficios a hombres de Michoacán.
REDITUABLE, ELABORACIÓN DE GUITARRAS
Gracias a este oficio, Rosa María Cupa Miranda logró darles estudios a sus hijos, construir una casa, mantener un negocio con buenas herramientas y hasta adquirir vehículos. Por ello, consideró que este oficio es redituable para quienes lo ejercen con amor, pues es algo que conlleva mucho tiempo y dedicación, pues “si tú haces lo que te gusta, nunca trabajas, es más... hasta lo disfrutas”, expresó con una sonrisa en el rostro.
Agregó que hacer una guitarra contempla mucho tiempo, ya que pueden tardar hasta seis meses para elaborarla; no obstante, lo más difícil para un guitarrero de Paracho es hacer reparaciones, estas demoran hasta dos meses de trabajo en un taller.
Finalmente, de las cosas que Rosa María agradece a este oficio es conocer a músicos de renombre, pues incluso aprendió notas musicales y, ahora, igual comparte el gusto por la música.
NO DEJES DE LEER: