Con una celebración eucarística, la comunidad de San Jesús Tepactepec, municipio de Nativitas, recordó a las personas que hace cinco años perdieron la vida, cuando ocurrió la explosión de cohetones que también dejó varios lesionados.
Este día, en vísperas de la celebración en honor a "Jesús de los Tres Caminos” (quinto viernes de cuaresma), no hay tal alegría entre el pueblo.
Un clima de silencio en el que las personas ofrecieron una oración y una veladora a quienes perdieron la vida, rostros tristes de los que rodaron varias lágrimas y el intercambio de saludos entre las personas que conservan un lazo que los une desde hace cinco años, cuando sucedió la tragedia, y una que otra mirada para reconfortar, ese fue el escenario de hoy, en el quinto aniversario luctuoso de las víctimas.
Orar para el pronto consuelo y fortaleza de las familias que perdieron a un integrante, papá, hermano o hijo, y para que quienes fallecieron alcancen el Reino de los Cielos, pidió el párroco Reynaldo Osorio Nava al oficiar la misa.
A la iglesia donde tuvo lugar la eucaristía acudieron no solo familiares y amigos de los fallecidos, también llegaron los sobrevivientes, con los estragos visibles en su cuerpo que les dejó esa explosión.
En el lugar de la tragedia, la avenida Santa Ana de la comunidad de Tepactepec, la que conduce a San Miguel Xoxtla, y a unos metros de la iglesia, familiares de quienes perdieron la vida colocaron ofrendas florales en las cruces que les recuerdan donde quedaron los restos de sus seres queridos. "Aunque han pasado cinco años de ese lamentable accidente el dolor es igual, nosotros nunca nos olvidamos de ellos", dice una de las viudas mientras arregla con flores la cruz donde falleció su esposo.
"La muerte no nos roba los seres amados, al contrario, no los guarda y los inmortaliza en el recuerdo", reza una frase pintada en la fachada de la capilla ubicada sobre la misma avenida y edificada en memoria de los accidentados aquel 15 de marzo de 2013, tan solo unos meses después de la tragedia.
Desde ese entonces, las celebraciones son sin cohetes, y los pobladores convirtieron a la música en su aliado para sus fiestas religiosas.