Su afición desde pequeño a las películas de terror, llevaron a Omar Zempoalteca Cocoletzi a transformar la cartonería en coloridas y extrañas figuras, que son verdaderas obras de arte.
Alebrijes, máscaras, cráneos y “catrinas”, o lo que su vida soñadora refleje, salen de las manos del artista originario del municipio de Contla de Juan Cuamatzi.
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Si bien es empírico, su creatividad e ingenio no tiene límites, y con cinco años de transformar el papel y el cartón, lo llevó a crear una “Catrina” de cinco metros de altura para el municipio de San Pablo Apetatitlán, el año pasado.
Lo anterior, su mayor trabajo de escultura, aunque recientemente presentó un alebrije monumental en una exposición de San Damián Texoloc, con menor dimensión, pero igual de impresionante.
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Pese a todo esto, Omar Zempoalteca no se considera un artista, sino un artesano de barrio, que comenzó a base de “experimentos y echando a perder”, puntualizó.
Además, para buscar recursos para la manutención de su familia, esposa y dos hijas, sale en ocasiones de vendedor ambulante para ofrecer sus productos puerta por puerta.
Empero, la gente devalúa su trabajo y le llegan a ofrecer hasta 15 pesos por una jaula hecha de papel, cuyo costo base es de 50 pesos por cada artesanía.
Eso sí, aclara que en la calle comercializa productos que no se dañen con el traslado y deja en su taller las figuras como alebrijes o máscaras, entre otras.
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SUEÑA “ENDEMONIADAMENTE”
Omar Zempoalteca recuerda que desde pequeño tuvo el gusto por dibujar demonios, cráneos con cuernos o animales con más extremidades.
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“En la escuela me la pasaba dibujando, mis maestros se enojaban, incluso también pintaba las butacas”, confesó el artista que tiene su taller en la calle Hidalgo 2 número 16, en la Sección Primera, de Contla de Juan Cuamatzi.
Aunque sus estudios se truncaron en el nivel bachillerato, su aspiración es contar con una tienda donde pueda exhibir y vender sus figuras.
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Para la elaboración de un alebrije, Omar Zempoalteca invierte hasta una semana de trabajo
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