Después de 16 años viendo la rareza del material en cierta peligrosidad visual, me pareció interesante proponer la limpieza a la presidenta municipal, Anabell Ávalos Zempoalteca, a quien le interesó la idea y dio el visto bueno para que se hicieran los trabajos, compartió el escultor Pablo Olivera, quien coordina la rehabilitación del Monumento a Tlahuicole, en la glorieta, ubicada en uno de los principales accesos a la ciudad capital.
Entrevistado en el lugar, compartió que en cinco o seis días los especialistas en fundición, procedentes de la Ciudad de México, limpiarán toda la pieza, “van a repatinarla con ácidos y fuego, que es la técnica que se emplea en los bronces para que vuelva a tener el tono natural la pieza”.
Explicó que el tiempo le da al bronce un color café o rojizo, verdoso o azuloso, sin embargo “la pátina no se detiene, ya que la lluvia y el sol la siguen como cocinando, aquí el problema no es solamente la suciedad natural del entorno el que pueda darle más tiempo de vida al acabado final, sino el agua de la fuente”.
Comentó que de la mitad hacia abajo la pieza adquiere un verde azufroso raro que es provocado por el constante contacto del agua sobre la pieza, “todo el día está mojándose, eso hace que se manche y hace que el acabado dure menos, relativamente hablamos de 14 años, entonces yo creo que es un periodo bastante largo, como para pensar que vale la pena la inversión del trabajo”.
Recomendó que lo único que puede mantener al guerrero tlaxcalteca en buena forma es que ya no se moje, aunque “desde la otra vez (hace 16 años) se sugirió eso, pero como que vuelve la fuente a funcionar y vuelve a atacar la pieza”.
HACE 14 AÑOS
El escultor compartió que en 2004 estuvo a cargo de la rehabilitación de la pieza que, en ese tiempo sí tuvo más desperfectos, como una apertura en la cabeza, “un espacio que de abajo no se veía, pero con la lluvia natural y con el chorro de agua se estaba inundando”. Narró que hace 16 años Tlahuicole tenía inundado de la rodilla para abajo, “la oxidación estaba por dentro y por fuera, era un daño mayor, lo que se hizo en esa época fue perforar las piernas, drenar el agua y soldar esos agujeritos, y ya no es un problema porque también se soldó la parte de arriba”.
Dijo que una obra pública “si no se cuida, se protege y mantiene, a la larga se va haciendo más vieja y se va viendo como abandonada, yo creo que hay que evitar llegar a ese grado, de que parezca que ya no importa el personaje o la propuesta plástica”.
- El Monumento a Tlahuicole es una copia de la escultura de bronce creada en honor al guerrero tlaxcalteca, hecha por el escultor español Manuel Vilar y Roca en 1852.
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