A Carlos Vázquez se le ocurrió en 2012 utilizar un mototaxi en San José Xicohténcatl, municipio de Huamantla, como servicio público de transporte para trabajar y mantener a su familia.
Las condiciones del terreno eran ideales, tres calles principales de un kilómetro por 15 transversales, todas planas.
Entusiasmado por su nuevo empleo, adaptó a su motocicleta una caseta con estructuras de tubo recubiertas de plástico. Con un cupo para cuatro pasajeros: dos adultos y dos infantes.
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Con su calandria de cuatro llantas comenzó a recorrer las tres calles principales, pero donde se ganó el respeto de la gente fue en las escuelas de nivel básico.
Impuso la tarifa de seis pesos por persona adulta y cuatro a menores, por los bultos o bolsas grandes de mandado también se paga.
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Así trabajó tres años ganándose la vida de 08:00 a 21:00 horas, pero durante el gobierno de Mariano González Zarur la Secretaría de Comunicaciones y Transportes hizo un operativo para retirar a las calandrias, pues no tienen permiso para circular.
Como resultado del operativo solo se llevaron al corralón dos vehículos, uno de ellos era de Carlos Vázquez. A partir del operativo, el joven ya no pudo recuperar su mototaxi, por ello, optó por dedicarse a otro oficio.
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Ahora, 40 familias viven de esta actividad. Como Isaac Parraaguirre, quien lleva más de 12 meses a bordo de su calandria. Es como en todo comercio, a veces te va bien, otras no, entre 150 y 250 pesos por día, estimó.
PRECURSOR
Gracias a Carlos Vázquez este transporte se hizo famoso en la comunidad de Xicohténcatl, Huamantla, de unos 10 mil habitantes.
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