Eduardo Xolocotzi, originario de la Magdalena Tlaltelulco, al no poder mantener sus estudios de nivel medio superior, tuvo que dejarlos, para dedicarse a las ventas y, con ello, subsistir para llevar el sustento familiar.
“No tuve la oportunidad de seguir estudiando; mi papá, al morir, me dejó un pequeño negocio al que, ahora, he fortalecido y dentro de poco, tendré una concesión”, expresó.
De hecho, don José Antonio Xolocotzi (+), para llevar el sustento a su familia que vive cerca de la montaña la Malinche, alternaba el oficio de taxista con la venta de helados a domicilio.
El hombre heredó de su progenitor la habilidad de vender paletas de sabores, de conocida empresa, en toda la geografía del estado.
“Con la pandemia del coronavirus, no pudimos salir y la empresa, no nos mandaba el producto, pero ya empezamos a trabajar, dicen que ya hay menos contagios”, señaló a este Diario.
Así que, todos los días, una vez que se surte en el municipio de Papalotla de Xicohténcatl, pasado el mediodía, inicia el recorrido a pie durante cinco horas.
En la comunidad de Zaragoza, municipio de Totolac, donde la temperatura alcanza los 26 grados Celsius, se gana la vida con apenas el 30 % de la venta total. Él camina con su carrito de paletas unos 10 kilómetros diarios para ofrecer su producto de uno y dos sellos negros.
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