Debido a que ya no representa un negocio para quien lo ejerza, el oficio de armero está a punto de extinguirse, pues solo Juan Sánchez Luna, originario de Acuitlapilco en Tlaxcala capital, continúa con la reparación de armas de fuego civiles.
Rodeado de las herramientas que ha usado desde que trabajó con su padre, contó a este Diario que el oficio pasó a él gracias a que desde los 20 años lo llevó a su taller, donde le enseñó cómo reparar desde escopetas hasta revólveres.
Recordó que fue en el año de 1974, cuando su padre murió, que heredó el taller y, de ahí en más, ha dedicado su vida a continuar con lo que hasta eso momento sí era un negocio, esto debido a que no existían leyes que regularan el uso de las armas.
“En ese tiempo era un buen negocio porque había más armas, pero ahora ya no por las leyes y el miedo, entonces yo solo trabajo con piezas que cuentan con registro y que los propietarios puedan demostrarlo”, explicó.
Señaló que cuando el trabajo era bueno, cada mes reparaba entre cinco y seis armas, pero ahora solo le llegan una o con suerte dos, aunque es variado.
Padre de cinco hijos, Sánchez Luna dijo que de este oficio logró sacarlos adelante y, aunque no todos son profesionistas, sí tienen un empleo que les permite mantener a su familia.
Con melancolía, lamentó que debido a la poca demanda que tiene este tipo de actividades, ninguno de los cinco se interesó por seguir los pasos que él tomó en su juventud, por lo que “creo que esto va a desaparecer conmigo, pues no he hablado con ellos para saber si alguno quiere quedarse con el negocio, porque sí lo saben hacer, pero no quieren trabajar conmigo”.
Esto, narró, debido a que todo ellos se independizaron cuando en el taller faltó el trabajo y, al tener una familia, necesitaban ingresos y buscaron trabajo; “uno de ellos es balconero, otro velador de una escuela y otro es licenciado en computación.
Recordó que años más tarde de fallecido su padre, el Ejército suspendió su negocio debido a que buscaban tener un mayor control sobre el tráfico de estos artefactos.
Mencionó que acudió a la SEDENA para pedir le fuera devuelto su permiso para trabajar pues era el único sustento para su familia lo que, después de cuatro años, logró y volvió a trabajar.
Juan Sánchez Luna, Seguiré con este oficio hasta que ya no pueda”
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