Los sistemas operadores de suministro de agua potable en Tlaxcala no son sostenibles ya que la recaudación que logran no les alcanza para sufragar los costos de operación y mantenimiento, de ahí que es urgente una regulación en los precios, sentenció Pedro Misael Albornoz Góngora, director de la Dirección Local Tlaxcala de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Es más, resaltó que dependen mucho de los apoyos estatales y federales, pues su recaudación es mínima en comparación con los gastos que deben afrontar. En su mayoría los cobros son de 70 pesos mensuales.
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“La problemática general es que los sistemas no son sostenibles y deben serlo, pues el agua y el suministro tiene un costo, pero la gente no apoya, paga un promedio de 70 pesos al mes, cuando en realidad el precio de suministro debe ser de 300 pesos; puede parecer mucho, pero si lo comparamos con lo que pagan por refrescos de cola, es muy poco”, destacó.
Para que la ciudadanía contribuya, dijo, debe conocer cuánto cuesta el suministro y la potabilización, pues lamentablemente los tlaxcaltecas casi no cubren los costos por el servicio de agua, comparado con el cable, la luz o el internet.
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Insistió en que el “punto débil” de los organismos operadores es el pago de la energía eléctrica, pues no recaudan lo que les cobra la Comisión Federal de Electricidad, es decir, las entradas monetarias son menores en comparación con los gastos.
“Los organismos deberían cobrar alrededor de 300 pesos por el suministro, ahora si nos vamos al tema de saneamiento tendrían que ser al menos otros 150 pesos, pero es muy difícil homologar los costos en todos lados, pues en las comunidades la gente pone sus propias tarifas, dependiendo de su evaluación”, dijo.
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El funcionario federal remarcó que es falso que el agua no se cobre, pues los municipios aportan un recurso por el uso y explotación de ese recurso natural, lo cual representa un subsidio para las familias de entre cien y 300 pesos.
PUNTO DÉBIL
Insistió en que el “punto débil” de los organismos operadores es el pago de la energía eléctrica, pues no recaudan lo que les cobra la Comisión Federal de Electricidad
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