La discapacidad física ocasionada por la poliomielitis no es un impedimento para que Teresa Tenopala Anaya, quien es conocida entre la gente de Calpulalpan como Tere, recorra las calles en una silla de ruedas acondicionada para la venta de dulces y, de esa manera, poder ganarse la vida, sin que hasta el momento autoridad alguna la reconozca como una fémina que lucha por sobrevivir.
En el evento para celebrar el Día Internacional de la Mujer, que tuvo lugar en el claustro del DIF municipal de Calpulalpan, llegó a vender dulces la mujer de aproximadamente 52 años de edad, quien comentó que a los siete años enfermó de poliomielitis, por lo que creció al amparo de sus padres.
Mencionó que a pesar de que sus padres siempre fueron de escasos recursos económicos, pues su padre se empleaba como peluquero, en todo momento la cuidaron y le dieron lo indispensable para vivir.
Narró que en el año 2014 su padre enfermó y ante la necesidad de obtener un ingreso económico para solventar los gastos del hogar, sin ayuda de nadie, invirtió 50 pesos y comenzó a vender dulces en las calles de la comuna.
Detalló que más adelante, el representante del Club de Ciclismo Hermanos Herrera de Calpulalpan, Víctor Herrera Dionisio, pagó a un herrero para fabricar una silla de ruedas acondicionada para la venta de dulces, la cual le obsequió con la generosidad que le caracteriza a esta persona y en la que recorre las calles para vender una variedad de golosinas.
En este sentido, dijo que su padre murió hace tres años, por lo que sale a recorrer las calles a las 9:00 horas y regresa a su vivienda a las 16:00 horas, donde come al lado de su mamá y posteriormente realiza labores del hogar como cocinar, asear la habitación en que duerme y lavar ropa, entre otras actividades.