Han pasado 12 meses desde que inició la pandemia por Covid-19, lo que provocó el cierre de museos y espacios públicos, principales aforos para impulsar el trabajo de los artesanos.
La situación de salud mermó las actividades de este sector hasta en un 80 %, lo que puso en crisis su labor al no registrar ventas e ingresos. A pesar de la situación, el ánimo no ha decaído para Ricardo Molina Sarmiento, artesano de la comunidad de Tizatlán, en el municipio de Tlaxcala, quien ha mantenido su faena durante el último año.
Con muy pocos pedidos y sin espacios para exponer sus obras, el tlaxcalteca mantiene la esperanza de una pronta reactivación económica, mientras continúa preparándose para desarrollar más técnicas que impulsen su talento.
Ricardo Molina es la cuarta generación de artesanos en su familia, quien inició con trabajos sencillos, pero actualmente realiza obras más elaboradas, como las esculturas que implican mucho esfuerzo y dedicación.
En entrevista para el Sol de Tlaxcala, recordó que en sus inicios acudía al parque de Tlaxcala en el día del Grito de Independencia, donde colocaba un pedazo plástico en el suelo para mostrar sus artesanías. Actualmente los aforos han cambiado y gracias a sus trabajos ha tenido la oportunidad de exponer en el Museo de Arte Popular de México y diversos museos de Tlaxcala, hechos que han marcado su trayectoria.
Fue hace unos 37 años que incursionó en este sector, pues desde niño, entre cinco y siete años de edad, comenzó a trabajar con sus progenitores y abuelos, quienes estuvieron dedicados toda su vida a la producción de artesanías.
“Comencé con tareas sencillas, como la lijada, me gustó mucho, tengo cinco hermanos, algunos siguieron con esta labor y otros no, pero junto a mi familia hemos mantenido la producción artesanal, mi esposa también ha abrazado esta trayectoria, pues mis suegros también elaboran el bastón rallado y azteca”.
BASTÓN DE MANDO, ARDUA LABOR
Portalapiceros, recuerdos, abrecartas, máscaras, bastones tradicionales, especiales y de mando son parte de su carta de presentación. No obstante, el bastón de mando es de los trabajos más elaborados, pues implica un periodo de hasta 15 días y dedicar seis horas de trabajo cada día debido a todos los detalles que lo caracterizan.
Recordó que en varias ocasiones le han llegado clientes para solicitar un bastón de mando para el siguiente día, una ocasión tuvo que trabajar día y noche con ayuda de su familia para cumplir con el pedido, pero al ser tan cansado y desgastante, no volvió a aceptar un trabajo de ese tipo.
Otro de sus pedidos importantes fue de 30 bastones para el Ceneval de México.
Precisó que su principal materia prima es la madera, como el colorín, sabino y ayacahuite, que son localizadas en la región, pero también emplea cedro que compra en madererías.
INCURSIONA EN EL ARTE SACRO
Hace poco tiempo, Ricardo Molina incursionó en el arte sacro, lo que le ha dado la oportunidad de entender y valorar estas obras que requieren de mucha precisión, dedicación, esfuerzo y compromiso.
Hasta el momento, el trabajo más representativo en este rubro es un cristo que mide 1.70 metros de altura sobre una cruz de tres menos de largo.
Los interesados en conocer el trabajo de Ricardo Molina pueden contactarlo vía telefónica al 246 111 6384 o en el Facebook Ricardo Molina.
EL APUNTE
El primer trabajo del artesano Ricardo Molina fue un tambor tallado en madera, elaborado cuando tenía entre cinco y siete años de edad, actualmente es una de las obras con mayor valor sentimental porque representa un lazo con otras generaciones en su familia.
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