Una vida sacerdotal de 54 años, en los que con sus acciones y trabajo ha sabido ganarse el amor y respeto de ciudadanos y católicos, es uno de los motivos para que este día el presbítero Manuel Zamora García sea reconocido por el ayuntamiento de Tlaxcala.
Hoy, el padre “Zamorita”, como cariñosamente es conocido en la entidad, recibirá de manos de la presidenta municipal de Tlaxcala, Anabell Ávalos Zempoalteca, la “Presea Tlaxcala”, como una forma de distinguirlo como ciudadano por todo lo hecho en favor de la entidad y sus habitantes.
A sus casi 80 años de edad ha ocupado diversos cargos dentro de la Diócesis de Tlaxcala, y el haber sido delegado en 1990 para la presentación al Papa Juan Pablo II de la causa de beatificación de los Niños Mártires de Tlaxcala, Cristóbal, Antonio y Juan, , fue una de sus responsabilidades más relevantes.
Además, dentro de su ministerio sacerdotal ha sido pieza fundamental para reunificar parroquias divididas por conflictos, como es el caso de Santo Toribio Xicohtzinco y San Miguel del Milagro.
Y a eso se suma su vocación por buscar la unión de todos los grupos de la Diócesis.
Actualmente tiene a su cargo la rectoría de la capilla de San Nicolás de Tolentino, en la capital, y la peregrinación a pie de la Diócesis a la Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México.
SU VIDA SACERDOTAL
De acuerdo con el cronista municipal de Tlaxcala, Cesáreo Teroba Lara, el padre Manuel Zamora García nació en Tlaxco el 14 de marzo de 1940 y fue hijo de don Manuel Zamora Manilla y doña Genoveva García Ávila.
Sus primeros estudios los realizó en la escuela del Curato Parroquial de Tlaxco y los terminó en la primaria oficial “Carlos González” de esa localidad. Posteriormente se trasladó al Seminario Palafoxiano, en San Pablo Apetatitlán, y continuó sus estudios sacerdotales en Puebla.
Fue ordenando presbítero el 12 de septiembre de 1965 de manos del primer obispo de Tlaxcala, Luis Munive y Escobar, y obtuvo en 1978 la licenciatura en Teología Misionera en la Universidad Urbaniana de Ciudad del Vaticano, en Roma.
En sus primeros tres años como sacerdote fungió como vicario y guardián del patrimonio cultural de la parroquia de San José, en Tlaxcala, entonces catedral de la Diócesis, y tiempo después tuvo bajo su responsabilidad los templos de San Nicolás Panotla, San Juan Totolac y San Mateo Huexoyucan.
En abril de 1976 recibió el exconvento de San Francisco, hoy catedral de Nuestra Señora de la Asunción.
Ha sido también vicerrector del Seminario Menor de Tlaxcala, párroco de Santa Cruz Tlaxcala, párroco coadjutor de la Basílica de Nuestra Señora de la Caridad, en Huamantla, y rector del templo de San Nicolás, en la capital, mismo que restauró en su totalidad.
En 2007 el obispo Jacinto Guerrero Torres lo nombró párroco de la Basílica de Nuestra Señora de Ocotlán, en donde también ejecutó varios trabajos de restauración del templo.
Una de las encomiendas que cumplió fue el brindar atención especial al obispo Luis Munive y Escobar durante su enfermedad y hasta que falleció.
Cuando arribó como obispo Jacinto Guerrero Torres el padre “Zamorita” fue designado tesorero del Obispado y cuando asume como jerarca de la Iglesia católica el obispo Francisco Moreno Barrón, tuvo a su cargo la reestructuración de la casa episcopal.
El actual Obispo Julio César Salcedo Aquino, consagró el templo de San Nicolás de Tolentino a los Santos Niños Mártires Cristóbal, Antonio y Juan.
- La entrega de la presea será a las 12:00 horas en el teatro Xicohténcatl.
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