La indignación es generalizada en el municipio de San Martín Xaltocan. A 24 horas de los violentos hechos por la detención y muerte en los separos municipales de un ciudadano, el escenario en el exterior de la Dirección de Seguridad Pública y Vialidad es desolador.
En la recepción de la comisaría, la turba enardecida dejó inscrita la palabra “asesinos”, en alusión a los oficiales que detuvieron con exceso de violencia a Quirino N. la tarde del pasado domingo, lo que habría provocado su deceso una vez que fue ingresado a los separos preventivos.
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En la periferia hay cristales por doquier y las patrullas, ambulancia y motocicletas calcinadas, son el reflejo del hartazgo social de un pueblo cansado de los presuntos abusos y vejaciones policiacas que, desde la llegada de José Luis Hernández Vázquez al gobierno, comenzaron a incrementarse.
Y aunque los resultados de la necropsia de ley practicada al cadáver aún no han sido revelados oficialmente por la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), para la población los responsables son los oficiales que hicieron la detención.
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Es por eso que exigen la destitución del presidente municipal, al argumentar que el gobierno se le salió de las manos” en menos de un año de administración y que “le quedó grande la silla, además de revelar presuntas complicidades.
AMANECEN SIN POLICÍAS NI RECOLECCIÓN DE BASURA
Ayer, los 10 policías que debían pasar lista y asumir su turno para resguardar a la población, no lo hicieron ante el temor de ser agredidos. En medio de una tensa calma, líderes de la demarcación que mantienen vigilado el edificio de la Presidencia Municipal, se coordinan para hacer guardias en los accesos, con la advertencia de que no permitirán el regreso del alcalde José Luis Hernández Vázquez, ni del grupo de efectivos hasta que exista una “limpia total” de los elementos policiacos, para que llegue gente que cuente con los debidos exámenes de control y confianza.
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Además de quedarse sin policías municipales, la demarcación amaneció sin los servicios básicos como la recolección de la basura y oficinas públicas para trámites del juzgado y registro civil.
Al cierre de edición, el cuerpo de Quirino N. no había sido entregado por parte de las autoridades a su viuda y demás familiares.
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Por su parte, Celso López, de 67 años de edad, expuso que lo vivido la tarde y noche del pasado 17 de julio nunca había ocurrido, lo que deja en evidencia que “esto se le salió de las manos a la cabeza, porque si la cabeza está mal, los pies están totalmente peor”, expresó en alusión al alcalde José Luis Hernández.
Con llanto y voz entrecortada, lamentó que Quirino N. haya tenido que fallecer para que el pueblo de Xaltocan despertara y decidiera hacer algo ante los constantes abusos por parte de elementos de la Dirección de Seguridad Pública y Vialidad que, a la mínima provocación, arrestaban y sancionaban a los habitantes.
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No es justo que pase esto, era un vecino que con nadie se metía y los policías muy prepotentes abusaron de su fuerza… él subió por propio pie a la patrulla y entró con vida (a los separos), pero el comandante lo golpeó ahí adentro, ellos hicieron todo, que digan la verdad y que el presidente dé la cara porque no es justo lo que estamos viviendo, agregó.
Algunos ciudadanos consultados en las inmediaciones de la corporación afirmaron que los elementos policiacos son en su mayoría conocidos del alcalde, a quienes contrató por compromisos políticos, pero sin contar con el perfil, entre ellos su actual cuñado (hermano de su esposa), al que nombró como comandante y presuntamente fue quien detuvo y golpeó a Quirino N.
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Los policías ya estaban agarrando de costumbre estar extorsionando y es obvio que la gente ya está cansada de que estén chingando a todo mundo… están para resguardar a los vecinos y a la gente que llegue aquí, no para estarlos fregando, agregó el molesto vecino.
EL RECUENTO
El edificio de la Dirección de Seguridad Pública y Vialidad de Xaltocan, que durante el periodo de Eugenio Sánchez Amador costó alrededor de 10 millones de pesos y fue inaugurado hace no más de dos años, quedó calcinado en interiores y exteriores. Las paredes y techumbres están agrietadas por la explosión de las patrullas, pero pese a ello, una imagen de la Virgen de Guadalupe se salvó de quedar reducida a cenizas y solo se ve tiznada.
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El libro del control de infracciones y de ingreso a los separos se redujo a cenizas, amén de que fueron quemados ocho automotores (cuatro patrullas, dos motocicletas, una ambulancia y un vehículo particular propiedad de un comandante).
Le dijimos al presidente José Luis Hernández que capacitara a los policías, nunca lo hizo, siempre nos amenazaba con llevarnos a la cárcel, expresó un vecino molesto por lo sucedido.
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Denunció que Felipe Vargas es un comandante prepotente y corrupto contra la población pues siempre enfrentaba a los vecinos, ahora sí, se acabó su poder y también la motocicleta que tanto presumía.
En el interior de la comisaría solo quedó un cuadro de proximidad social en la que un policía accede el paso al peatón y se nota la cercanía con la gente, escena que contrasta con lo ocurrido el domingo.
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Este Diario buscó en su número de teléfono al alcalde de Xaltocan, José Luis Hernández, para que diera una postura al respecto, pero no respondió.
No obstante, a través de un video de apenas 48 segundos, anunció que dejaría las investigaciones al gobierno estatal y que, de ser responsables los policías, no los solapará.
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- 8 automotores fueron quemados (cuatro patrullas, dos motocicletas, una ambulancia y un vehículo particular propiedad de un comandante).
- Aunque los resultados de la necropsia de ley practicada al cadáver aún no han sido revelados oficialmente por la PGJE, para la población los responsables son los oficiales que hicieron la detención.
*Con información de Tomás Baños
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