/ domingo 11 de julio de 2021

Pocas luciérnagas aparecen en bosques de Nanacamilpa

Y eso que las reservaciones para presenciar el avistamiento están al 100 por ciento

Las reservaciones para presenciar el avistamiento nocturno de las luciérnagas se encuentran al 100 % del 30 de junio al ocho de agosto, pero el espectáculo natural vive un desface porque desde hace tres años no llueve en la región de Calpulalpan y Nanacamilpa.

El Sol de Tlaxcala verificó que al bosque de coníferas arriban cientos de turistas de distintas partes del país. Y todos, debidamente protegidos con gel y cubrebocas quieren ver a los lampíridos entre la oscuridad, solo que, desde hace 18 días que empezó la tempora, no hay tantas luces como en 2018.

Con humedad en el bosque y bajas temperaturas, los gusanos de luz, suelen salir unos 90 minutos después de las 20:00 horas. Solo que desde hace tres años que no llueve en el mes de julio como en otros veranos, lamentan pequeños propietarios.

“Este día, (martes) vamos a pedir permiso al bosque para entrar al santuario y que nos premie con verlas “, expresó Irving, uno de los guías contratados desde hace cinco años en Piedra Canteada. Tras hora y media de recorrido con el grupo de 40 personas, el avistamiento comienza entre algunas parejas de las dos especies que ahí habitan.

“Desde el 18 de junio de este año, éste ha sido el día en que más hemos visto la luz de las luciérnagas, demos gracias a Dios”, expresó el especialista.

Efectivamente, a las 21:00 horas se registró un chipi-chipi y los visitantes no pudieron seguir observando el cotejo de los lampíridos, regresaron a las cabañas, para entonces los insectos de luz se habían apagado.

Al respecto, Alfonso Linares, ejidatario de San Felipe Hidalgo, municipio de Nanacamilpa y socio de Piedra Canteada, contó que viven enmedio de un bosque estresado.

Dijo que aunque Gisela Lucero Zepeda, entonces titular de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), les apoyó para conservar y reforestar el bosque, éste comienza a sufrir por la ausencia de lluvia. “Vemos que en las ciudades inundan, pero aquí no es parejo el temporal, tenemos atraso en los cultivos de cebada y maíz”, señaló.

Por si fuera poco, dijo que la sequía ha comenzado a evidenciar los estragos entre las coníferas de ocotes.

A más baja altitud, lejos de los bosques de oyamel, ubicados sobre los dos mil 800 metros sobre el nivel del mar, los frondosos pinos comienzan a debilitarse. En cuestión de días, el descortezador se reproduce, alimentándose de la savia de la corteza de los árboles, hasta secarlos.

En Piedra Canteada, donde 40 pequeños propietarios se alternan para preservar su bosque de 620 hectáreas, viven preocupados porque ya no llueve como antes.

“Desde 2013 no tenemos incendios, hay permiso para explotar comercialmente la madera del bosque, pero preferimos reforestar y preservar, antes que cortar la madera”, explicó.

INICIAN TRABAJOS DE SANEAMIENTO

No obstante, expuso que personal de Conafor ha identificado la zona dañada por la plaga e “iniciaron los trabajos de tala y extracción de madera plagada del bosque, para desterrar la enfermedad”.

Dijo que existe otra atracción para el seis de agosto cuando tenga lugar la IV Feria Municipal del Hongo, pero dependerá de que nazca en los bosques de esa región, para organizar el evento, aunque visitantes habrá pues tenemos todo reservado.

Lucas Guzmán, un pastor de San Felipe, denunció que la plaga del descortezador, avanza sin que alguna autoridad intervenga.


Desde hace tres años que no llueve en el mes de julio como en otros veranos, lamentaron pequeños propietarios.




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Las reservaciones para presenciar el avistamiento nocturno de las luciérnagas se encuentran al 100 % del 30 de junio al ocho de agosto, pero el espectáculo natural vive un desface porque desde hace tres años no llueve en la región de Calpulalpan y Nanacamilpa.

El Sol de Tlaxcala verificó que al bosque de coníferas arriban cientos de turistas de distintas partes del país. Y todos, debidamente protegidos con gel y cubrebocas quieren ver a los lampíridos entre la oscuridad, solo que, desde hace 18 días que empezó la tempora, no hay tantas luces como en 2018.

Con humedad en el bosque y bajas temperaturas, los gusanos de luz, suelen salir unos 90 minutos después de las 20:00 horas. Solo que desde hace tres años que no llueve en el mes de julio como en otros veranos, lamentan pequeños propietarios.

“Este día, (martes) vamos a pedir permiso al bosque para entrar al santuario y que nos premie con verlas “, expresó Irving, uno de los guías contratados desde hace cinco años en Piedra Canteada. Tras hora y media de recorrido con el grupo de 40 personas, el avistamiento comienza entre algunas parejas de las dos especies que ahí habitan.

“Desde el 18 de junio de este año, éste ha sido el día en que más hemos visto la luz de las luciérnagas, demos gracias a Dios”, expresó el especialista.

Efectivamente, a las 21:00 horas se registró un chipi-chipi y los visitantes no pudieron seguir observando el cotejo de los lampíridos, regresaron a las cabañas, para entonces los insectos de luz se habían apagado.

Al respecto, Alfonso Linares, ejidatario de San Felipe Hidalgo, municipio de Nanacamilpa y socio de Piedra Canteada, contó que viven enmedio de un bosque estresado.

Dijo que aunque Gisela Lucero Zepeda, entonces titular de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), les apoyó para conservar y reforestar el bosque, éste comienza a sufrir por la ausencia de lluvia. “Vemos que en las ciudades inundan, pero aquí no es parejo el temporal, tenemos atraso en los cultivos de cebada y maíz”, señaló.

Por si fuera poco, dijo que la sequía ha comenzado a evidenciar los estragos entre las coníferas de ocotes.

A más baja altitud, lejos de los bosques de oyamel, ubicados sobre los dos mil 800 metros sobre el nivel del mar, los frondosos pinos comienzan a debilitarse. En cuestión de días, el descortezador se reproduce, alimentándose de la savia de la corteza de los árboles, hasta secarlos.

En Piedra Canteada, donde 40 pequeños propietarios se alternan para preservar su bosque de 620 hectáreas, viven preocupados porque ya no llueve como antes.

“Desde 2013 no tenemos incendios, hay permiso para explotar comercialmente la madera del bosque, pero preferimos reforestar y preservar, antes que cortar la madera”, explicó.

INICIAN TRABAJOS DE SANEAMIENTO

No obstante, expuso que personal de Conafor ha identificado la zona dañada por la plaga e “iniciaron los trabajos de tala y extracción de madera plagada del bosque, para desterrar la enfermedad”.

Dijo que existe otra atracción para el seis de agosto cuando tenga lugar la IV Feria Municipal del Hongo, pero dependerá de que nazca en los bosques de esa región, para organizar el evento, aunque visitantes habrá pues tenemos todo reservado.

Lucas Guzmán, un pastor de San Felipe, denunció que la plaga del descortezador, avanza sin que alguna autoridad intervenga.


Desde hace tres años que no llueve en el mes de julio como en otros veranos, lamentaron pequeños propietarios.




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