La paz y la tranquilidad en el municipio de Huamantla se perdió en los últimos 18 meses.
En las calles, grupos de adolescentes y adultos, bajo la influencia del alcohol, se enfrentan en batallas campales en las que la policía queda rebasada.
Así ha sido durante la administración del alcalde priista Jorge Sánchez Jasso. Mientras las familias salen de sus hogares para hacer sus actividades, el orden se pierde.
Con botellas de vidrio, piedras y con lo que pueden se lían a golpes, dejando severas lesiones al enfrentarse cuerpo a cuerpo.
Las últimas escenas que se viralizaron en las redes sociales durante los eventos de feria en el Pueblo Mágico evidenciaron que los elementos con que cuenta la Comisaría son incompetentes para enfrentar a los agresores.
Y es que desde que las autoridades en turno dieron permisos –a diestra y siniestra- a centros nocturnos, restaurantes bares, bailes sonideros en calles y en la Plaza Juárez, el municipio se convirtió en “tierra de nadie”.
Así, el pandillerismo que incluye a hombres y mujeres creció de tal forma que en Huamantla es donde se cometen el mayor número de grescas en toda la entidad, dejando daños por incendios y cristales quebrados a negocios y domicilios particulares.
Con motivo de la Huamantlada el número de grescas aumentó, pues en algunos casos se trata de venganzas entre pobladores del pueblo de Zaragoza con otras comunidades.
A todo esto, el alcalde de Huamantla, Jorge Sánchez Jasso, pidió a las fuerzas policiacas que cumplan con su deber en lugar de utilizar el teléfono en horas de trabajo.
De hecho, ante el incremento de los actos vandálicos cometidos, envió mensajes de WhatsApp a representantes de la prensa escrita a fin de que se abstengan de escribir lo que está pasando.
Eso sí, mantiene en el cargo a Otilio Lozada Torres, como jefe operativo en la Comisaría aun cuando reprobó la Evaluación de Control y Confianza.
Durante una reunión que sostuvo con sus elementos, admitió que en su gestión han incrementado los homicidios dolosos.
Y no solo eso, reveló que la inseguridad que se vive ocasiona el robo de 12 vehículos cada mes, al transporte público, de carga, al ferrocarril y hasta en comercios establecidos.
De hecho, en la comunidad de Lázaro Cárdenas no entra la policía municipal pues existen varias bandas dedicadas al robo al tren.
Así, el robo a vehículos particulares, de carga, abigeato y al ferrocarril son los delitos que en mayor medida cometen las bandas que operan sobre carretera Apizaco-Huamantla y Huamantla-Cuapiaxtla.