A lo largo de los siglos, el sonido de las campanas ha sido resignificado por la necesidad del pueblo. El repique diario “a las tres horas” (en memoria de la muerte de Cristo) se estableció a partir de 1676. Desde ese año, la oración del alba empezó a repicarse a las cuatro de la mañana. A partir de principios del siglo XVII las campanas comenzaron a doblar por los difuntos de cada día, a las ocho de la noche y, con el paso del tiempo, el repique de campanas se convirtió en un llamado al pueblo.
Este 31 de julio en punto de las 12:00 horas, en medio de porras, mariachi y aplausos, cientos de huamantlecos se reunieron en la parroquia de la Virgen de La Caridad para presenciar el inicio de las fiestas patronales que se anuncian con el tradicional repique anual de campanas.
Este es un tiempo de mucha alegría ya que nos volvemos a unir en torno de nuestra Virgen de La Caridad para iniciar nuestra celebración, anunció el párroco Raymundo Muñoz Paredes, a quienes se dieron cita.
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Durante una hora, las campanas de 3 parroquias, 39 templos de pueblos rurales y 27 haciendas y monasterios corean, anuncian y celebran la devoción de su Iglesia, compartió el cronista de Huamantla, José Hernández, para El Sol de Tlaxcala.
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Huamantla, desde los años 30 ha repicado campanas como símbolo de celebración. “Esta tradición tiene muchos años (…) desde 1940; pero en esta basílica se repica desde que se instauró como basílica en 1984”, así lo explica el cronista del pueblo mágico.
Agregó también que se han instaurado mecanismos para facilitar la actividad: le hemos puesto mecanismos a una de las torres para que una sola persona se suba y pueda repicar las tres esquilas; antes la repicaban con una argolla y con los pies le daban vuelta a las campanas que son muy grandes(..) pesan alrededor de 800 kilos.
Además, don Cheché, como lo conocen en el municipio, dijo que el trabajo de repique es colaboración de equipo, pues los materiales son donados de forma voluntaria: “los mecanismos los hemos hecho con cooperación de varias personas(…) nosotros lo que hacemos es la parte mecánica, hemos colaborado de toda la vida”.
México desconocido explica que la palabra latina campanana ha sido siempre la que se empleó para nombrar el objeto con el que hoy la asociamos. Tintinábulum es un vocablo onomatopéyico que se utilizaba en los tiempos del Imperio Romano, el cual aludía al sonido que producían las campanas al repicar. Aunque el vocablo campana se utilizó por primera vez en un documento del siglo VI, estos instrumentos aún son prueba de la vida en la Iglesia, el perfecto símbolo de la voz de Dios que en pueblos como Huamantla son una identidad.
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