En el ejido de Lorenzo Cuapiaxtla, los hombres del campo rescataron, hace siete años, el azadón instrumento agrícola para la siembra de amaranto.
Gerardo Velázquez Ramírez, quien es herrero desde hace 25 años, explicó que aquí les fabricamos sus azadones baratos, duran para toda la vida y son muy pero muy prácticos.
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El hombre trabaja los azadones y los vende hasta en 180 pesos, un 40% menos que en las tiendas comerciales.
Se trata de una lámina ancha y gruesa, media curva insertada en un mango de madera, cuya función es retirar la cizaña de los cultivos.
A diferencia del maíz al que aplican herbicidas para eliminar las hierbas malas, en la planta prehispánica el trabajo es manual.
Fue el inglés Jethro Tull quien en el siglo XVII, inventó una azada de cavar tirada por un caballo, siendo la mejor la del sistema Garrett.
En 2015 y 2016 Cuapiaxtla se convirtió en el principal productor de grano de oro a nivel nacional.
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Más de tres mil 500 hectáreas fueron sembradas y el padrón de esta herramienta superó los 10 mil azadones.
Sin embargo, los tradicionales son los hechizos de acero, los que los herreros de Cuapiaxtla templan a base de calor.
Y es que mientras el azadón dejó de ser un instrumento de alta demanda, hasta llegar a desaparecer, en Cuapiaxtla comenzó su rescate.
Autoridades de la Secretaría Agricultura y Desarrollo Rural estimaron una siembra de mil 200 hectáreas de amaranto en ese ejido.
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