/ jueves 19 de julio de 2018

Se apagó la voz del Cantor de Texoloc

A los 87 de edad falleció don Arnulfo Cervantes Munive, un hombre que dedicó la mayor parte de su vida a musicalizar celebraciones eucarísticas

Aquella voz característica, formal, que mantenía un estilo antiguo de cantar, conjugado en ocasiones con el latín y que durante más de 30 años sonorizó las celebraciones eucarísticas y misas de San Damián Texoloc y pueblos aledaños, se apagó la tarde del pasado martes.

Estaba por cumplir 88 años de edad cuando murió en un hospital de la capital tlaxcalteca Arnulfo Cervantes Munive, el músico y cantor más querido, respetado y admirado por los pobladores de Texoloc, Tetlatlahuca, Zacualpan, Huactzinco, Nopalucan y parte de Nativitas.

Durante más de 30 años cantó por igual en misas dominicales que en fiestas patronales y hasta en velorios y funerales, incluso, con el tiempo formó orquestas (con cinco o seis músicos) para sonorizar las alabanzas de las misas importantes de las imágenes.

De la década de los 60’ a la de los 90’ el cantor Arnulfo fue muy buscado por los católicos, y sin importar la distancia que debía recorrer a pie (en ese tiempo el trasporte era escaso y hasta nulo) acudía a cada celebración religiosa con el armonio a cuestas, el único instrumento, además de su voz, para cantar.

Complicaciones en su salud le arrebataron la vida al Cantor de Texoloc y para despedirlo y acompañarlo al sitio que será su última morada su familia ha preparado el canto de una mesosoprano y de un cuarteto.

Su inseparable amigo, el armonio que con tanto esfuerzo compró junto con su esposa, permanece almacenado en su casa y la familia lo conservará así, guardado, ya que el talento para cantar fue solo de don Arnulfo.

  • PIDIÓ PRESTADO PARA COMPRAR SU ARMONIO

Antes de ser cantor don Arnulfo Cervantes Munive era campesino, pero al ver que eso no le permitía sostener a su familia le platicó a su esposa, doña Cándida Hernández Durán, la posibilidad de dedicarse a cantar en misas y celebraciones eucarísticas.

“Un día me dijo: yo soy cantor pero necesito un armonio para desempeñar ese oficio”, relató la viuda de don Arnulfo a este Diario.

En ese momento la madre de doña Cándida Hernández y suegra de don Arnulfo había vendido una vaca, por lo que pensaron que ella podía hacerles un préstamo para poder comprar ese instrumento musical.

Y así fue, consiguieron el dinero y de manera inmediata compraron el armonio que en ese entonces le costó aproximadamente 600 pesos.

Don Arnulfo aprendió a tocar en casa. Un músico le enseñó a usar ese instrumento que es similar al piano, una especie de teclado hecho de madera que funciona a través de la presión de pedales y que con ello genera presión de viento para hacer el sonido.

De ese músico don Arnulfo aprendió el método y también el solfeo; con el tiempo aprendió a leer las partituras para luego trasmitir sus conocimientos a otros músicos.

  • DEDICÓ LA MAYOR PARTE DE SU VIDA A LA MÚSICA

Cuando tenía aproximadamente 30 años de edad don Arnulfo puso en práctica sus conocimientos y emprendió su carrera como cantor.

Quien fue su esposa mencionó que cantaba alabanzas hermosas y acompañaba misas que ya quedaron en el olvido porque ahora predominan los cantos modernos.

“Fue un conocido cantor de la región suroeste del estado, principalmente de Texoloc, Tetlatlahuca, Zacualpan, Huactzinco, Nopalucan y parte de Nativitas”.

Comentó que para acudir a las celebraciones El Cantor tenía que caminar las distancias qye hay entre un municipio y otro, cargando el armonio que tiene un peso aproximado de 20 kilogramos.

“Su voz era característica y era de los únicos que mantenía como la forma antigua de poder cantar entre latín y otro tipo de música que aprendió después de que se consolidó como cantor”, expresó doña Cándida.

  • A PARTIR DE 1998 SU CARRERA COMO CANTOR DISMINUYÓ

Aunque don Arnulfo dejó de cantar de manera paulatina fue a partir de 1998 cuando puso una primera pausa a ese oficio.

En ese entonces le fue diagnosticado cáncer en la entrepierna que fue combatido con seis quimioterapias, pero años más tarde le brincó a la nariz, entonces le diagnosticaron en dos ocasiones más el cáncer, pero ahora en esa zona.

Fue sometido a más de 40 radiaciones en cada ocasión, lo que considera su familia que influyó en la pérdida de la vista que también fue de forma lenta y de manera definitiva hace aproximadamente 10 años.

Con el apoyo de su familia desempeñó la actividad de cantar algunos años más, hasta que ya no le fue posible acudir a todas las celebraciones.

  • UN PÁRROCO LE IMPIDIÓ CANTAR EN MISAS

Previo a la enfermedad que lo alejó de su pasión y gusto por cantar hubo un sacerdote que también frenó su oficio.

La viuda del cantor recuerda que aunque siempre fue buscado y estimado por las personas, hubo alguien que intentó hacerle daño hace aproximadamente 30 años al impedirle cantar en las misas celebradas en San Damián Texoloc.

Se trató del sacerdote de Texoloc, Luis Munive, a quien señaló de “echarle a la gente encima” porque que ya no quería que cantara en el templo y que en su lugar lo hiciera la estudiantina, una nueva forma de sonorizar las misas.

“Ya no lo dejó trabajar y ya después todo se solucionó porque dejó de cantar y se comenzó a aislar en el canto”, lamentó.

  • FALLECIÓ EN UN HOSPITAL DE LA CAPITAL

El domingo pasado, como de costumbre, doña Candelaria le llevó el desayuno a su cama, un pan acompañado de un vaso de atole de avena.

Alrededor de las 14:00 horas de ese día El Cantor se levantó de la cama para ir al sanitario y en el trayecto sintió un fuerte dolor en su espalda que lo hizo llorar y que lo mantuvo encorvado por varias horas.

Fue trasladado a un hospital de la capital en donde le fue diagnosticado un derrame en la cabeza que se extendió a su espalda.

Fue trasladado a otro nosocomio y estuvo así, sin mostrar mejoría hasta que perdió la batalla la tarde del pasado martes.

Por su estado, desde que ingresó al hospital ya no habló con nadie de su familia.

  • TUVO UN MATRIMONIO DE 60 AÑOS

La señora Cándida Hernández Durán, viuda de El Cantor, lo describió como un hombre inteligente, respetuoso, feliz, al que le gustaba trabajar el campo y a quien recuerda como un buen esposo, quien le dio una buena vida y una familia bonita.

Relató que contrajeron nupcias cuando él tenía 26 años y ella 23 años de edad, después de dos años de noviazgo, y que al ver la carestía de la vida decidió migrar a Estado Unidos de América ya que su oficio como campesino no le permitía sostener una familia integrada de tres hijos.

Fue hasta a su regreso de EE.UU. cuando decidió dedicarse a cantar en las misas.

Refirió que en su matrimonio de 60 años vivió de todo: momentos felices, amargos y hasta pobreza.

Procrearon cuatro hijos de los cuales fallecieron dos y le viven dos.

Además de cantar en la zona suroeste de la entidad, junto con esposa fue integrante del comité que cobraba el servicio del agua potable, fue una de las personas que pusieron las primeras piedras de la actual presidencia municipal y de quienes gestionaron el dinero para su construcción, eso sumado a que participó en varias comisiones eclesiásticas.

Su voz era característica y era de los únicos que mantenía como la forma antigua de poder cantar entre latín y otro tipo de música que aprendió después de que se consolidó como cantor

Cándida Hernández / Esposa del cantante



  • 600 pesos le costó su primer armonio a don Arnulfo Cervantes

AMOR AL CANTO

  • Durante más de 30 años cantó por igual en misas dominicales que en fiestas patronales y hasta en velorios y funerales, incluso, con el tiempo formó orquestas para sonorizar las alabanzas de las misas importantes de las imágenes.

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Aquella voz característica, formal, que mantenía un estilo antiguo de cantar, conjugado en ocasiones con el latín y que durante más de 30 años sonorizó las celebraciones eucarísticas y misas de San Damián Texoloc y pueblos aledaños, se apagó la tarde del pasado martes.

Estaba por cumplir 88 años de edad cuando murió en un hospital de la capital tlaxcalteca Arnulfo Cervantes Munive, el músico y cantor más querido, respetado y admirado por los pobladores de Texoloc, Tetlatlahuca, Zacualpan, Huactzinco, Nopalucan y parte de Nativitas.

Durante más de 30 años cantó por igual en misas dominicales que en fiestas patronales y hasta en velorios y funerales, incluso, con el tiempo formó orquestas (con cinco o seis músicos) para sonorizar las alabanzas de las misas importantes de las imágenes.

De la década de los 60’ a la de los 90’ el cantor Arnulfo fue muy buscado por los católicos, y sin importar la distancia que debía recorrer a pie (en ese tiempo el trasporte era escaso y hasta nulo) acudía a cada celebración religiosa con el armonio a cuestas, el único instrumento, además de su voz, para cantar.

Complicaciones en su salud le arrebataron la vida al Cantor de Texoloc y para despedirlo y acompañarlo al sitio que será su última morada su familia ha preparado el canto de una mesosoprano y de un cuarteto.

Su inseparable amigo, el armonio que con tanto esfuerzo compró junto con su esposa, permanece almacenado en su casa y la familia lo conservará así, guardado, ya que el talento para cantar fue solo de don Arnulfo.

  • PIDIÓ PRESTADO PARA COMPRAR SU ARMONIO

Antes de ser cantor don Arnulfo Cervantes Munive era campesino, pero al ver que eso no le permitía sostener a su familia le platicó a su esposa, doña Cándida Hernández Durán, la posibilidad de dedicarse a cantar en misas y celebraciones eucarísticas.

“Un día me dijo: yo soy cantor pero necesito un armonio para desempeñar ese oficio”, relató la viuda de don Arnulfo a este Diario.

En ese momento la madre de doña Cándida Hernández y suegra de don Arnulfo había vendido una vaca, por lo que pensaron que ella podía hacerles un préstamo para poder comprar ese instrumento musical.

Y así fue, consiguieron el dinero y de manera inmediata compraron el armonio que en ese entonces le costó aproximadamente 600 pesos.

Don Arnulfo aprendió a tocar en casa. Un músico le enseñó a usar ese instrumento que es similar al piano, una especie de teclado hecho de madera que funciona a través de la presión de pedales y que con ello genera presión de viento para hacer el sonido.

De ese músico don Arnulfo aprendió el método y también el solfeo; con el tiempo aprendió a leer las partituras para luego trasmitir sus conocimientos a otros músicos.

  • DEDICÓ LA MAYOR PARTE DE SU VIDA A LA MÚSICA

Cuando tenía aproximadamente 30 años de edad don Arnulfo puso en práctica sus conocimientos y emprendió su carrera como cantor.

Quien fue su esposa mencionó que cantaba alabanzas hermosas y acompañaba misas que ya quedaron en el olvido porque ahora predominan los cantos modernos.

“Fue un conocido cantor de la región suroeste del estado, principalmente de Texoloc, Tetlatlahuca, Zacualpan, Huactzinco, Nopalucan y parte de Nativitas”.

Comentó que para acudir a las celebraciones El Cantor tenía que caminar las distancias qye hay entre un municipio y otro, cargando el armonio que tiene un peso aproximado de 20 kilogramos.

“Su voz era característica y era de los únicos que mantenía como la forma antigua de poder cantar entre latín y otro tipo de música que aprendió después de que se consolidó como cantor”, expresó doña Cándida.

  • A PARTIR DE 1998 SU CARRERA COMO CANTOR DISMINUYÓ

Aunque don Arnulfo dejó de cantar de manera paulatina fue a partir de 1998 cuando puso una primera pausa a ese oficio.

En ese entonces le fue diagnosticado cáncer en la entrepierna que fue combatido con seis quimioterapias, pero años más tarde le brincó a la nariz, entonces le diagnosticaron en dos ocasiones más el cáncer, pero ahora en esa zona.

Fue sometido a más de 40 radiaciones en cada ocasión, lo que considera su familia que influyó en la pérdida de la vista que también fue de forma lenta y de manera definitiva hace aproximadamente 10 años.

Con el apoyo de su familia desempeñó la actividad de cantar algunos años más, hasta que ya no le fue posible acudir a todas las celebraciones.

  • UN PÁRROCO LE IMPIDIÓ CANTAR EN MISAS

Previo a la enfermedad que lo alejó de su pasión y gusto por cantar hubo un sacerdote que también frenó su oficio.

La viuda del cantor recuerda que aunque siempre fue buscado y estimado por las personas, hubo alguien que intentó hacerle daño hace aproximadamente 30 años al impedirle cantar en las misas celebradas en San Damián Texoloc.

Se trató del sacerdote de Texoloc, Luis Munive, a quien señaló de “echarle a la gente encima” porque que ya no quería que cantara en el templo y que en su lugar lo hiciera la estudiantina, una nueva forma de sonorizar las misas.

“Ya no lo dejó trabajar y ya después todo se solucionó porque dejó de cantar y se comenzó a aislar en el canto”, lamentó.

  • FALLECIÓ EN UN HOSPITAL DE LA CAPITAL

El domingo pasado, como de costumbre, doña Candelaria le llevó el desayuno a su cama, un pan acompañado de un vaso de atole de avena.

Alrededor de las 14:00 horas de ese día El Cantor se levantó de la cama para ir al sanitario y en el trayecto sintió un fuerte dolor en su espalda que lo hizo llorar y que lo mantuvo encorvado por varias horas.

Fue trasladado a un hospital de la capital en donde le fue diagnosticado un derrame en la cabeza que se extendió a su espalda.

Fue trasladado a otro nosocomio y estuvo así, sin mostrar mejoría hasta que perdió la batalla la tarde del pasado martes.

Por su estado, desde que ingresó al hospital ya no habló con nadie de su familia.

  • TUVO UN MATRIMONIO DE 60 AÑOS

La señora Cándida Hernández Durán, viuda de El Cantor, lo describió como un hombre inteligente, respetuoso, feliz, al que le gustaba trabajar el campo y a quien recuerda como un buen esposo, quien le dio una buena vida y una familia bonita.

Relató que contrajeron nupcias cuando él tenía 26 años y ella 23 años de edad, después de dos años de noviazgo, y que al ver la carestía de la vida decidió migrar a Estado Unidos de América ya que su oficio como campesino no le permitía sostener una familia integrada de tres hijos.

Fue hasta a su regreso de EE.UU. cuando decidió dedicarse a cantar en las misas.

Refirió que en su matrimonio de 60 años vivió de todo: momentos felices, amargos y hasta pobreza.

Procrearon cuatro hijos de los cuales fallecieron dos y le viven dos.

Además de cantar en la zona suroeste de la entidad, junto con esposa fue integrante del comité que cobraba el servicio del agua potable, fue una de las personas que pusieron las primeras piedras de la actual presidencia municipal y de quienes gestionaron el dinero para su construcción, eso sumado a que participó en varias comisiones eclesiásticas.

Su voz era característica y era de los únicos que mantenía como la forma antigua de poder cantar entre latín y otro tipo de música que aprendió después de que se consolidó como cantor

Cándida Hernández / Esposa del cantante



  • 600 pesos le costó su primer armonio a don Arnulfo Cervantes

AMOR AL CANTO

  • Durante más de 30 años cantó por igual en misas dominicales que en fiestas patronales y hasta en velorios y funerales, incluso, con el tiempo formó orquestas para sonorizar las alabanzas de las misas importantes de las imágenes.

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