Transitar por la recién creada Ciclovía San Francisco, en la capital del estado, resulta ser toda una travesía.
Aunque una ciclopista debe ser un espacio que garantice la seguridad no solo de quienes andan en bicicleta, sino de todas las personas que se trasladan en algún medio de micromovilidad (patines, patineta, triciclo, escúter, entre otros), al momento la construida por la actual administración capitalina no cumple con ese propósito.
Junto con integrantes del club deportivo Tonali y del Colectivo Ciclovía Emergente Tlx, El Sol de Tlaxcala recorrió la totalidad del carril bici, los cerca de cinco kilómetros de longitud que la componen, para constatar que quienes la usan se enfrentan diariamente a una serie de obstáculos que los obligan a circular entre los autos.
Y es que, a pesar de que en algunas zonas el carril fue confinado para la circulación de los ciclistas, no todos los automovilistas respetan los señalamientos, al obstruir el paso cuando se estacionan en esa zona.
Sumado a eso, se trata de un proyecto que fue ejecutado sin consultar la opinión de aquellas personas que hacen uso de ella: los ciclistas; de ahí que tenga algunas deficiencias –no graves- que se pueden corregir para un mejor funcionamiento.
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Por ejemplo, Diana Laura Gutiérrez y Ramsés Alejo, integrantes del Colectivo Ciclovía Emergente Tlx, comentaron que la falta de señalética, el agua y el lodo que se estanca en las orillas de la avenida, pero, sobre todo, la falta de educación vial a la ciudadanía, son otros de las dificultades que enfrentan.
EL RECORRIDO
Este Diario hizo un recorrido por la ciclovía y constató que, del Portal Grande, donde fue colocada una parada para bicicletas, hasta el inicio del bulevar Guillermo Valle, a la altura de la estatua a los Santos Niños Mártires, los ciclistas andan sin que exista algún tipo de protección vial por parte de las autoridades.
Es a partir de la Plaza Bicentenario donde comienza el trazado del carril exclusivo para vehículos de micromovilidad, como las “bicis”, pues a partir de ahí hay señalética y confiadores sobre el asfalto para delimitar la zona, y que culminan hasta la zona conocida como La Garita donde fue marcado el retorno.
Sin embargo, a lo largo del trayecto es posible encontrar sobre la ciclopista autos estacionados, vendedores ambulantes, personas que no caminan por la banqueta y hasta algún motociclista que la encuentra ideal para “parcarse”.
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Además, en algunas zonas la pintura que define el carril de la ciclovía, así como de las líneas que la separan de los carriles vehiculares, se ha deslavado y no todo el tramo cuenta con confinadores viales.
Eso se suma que frente a la fuente de Los Bergantines, donde culmina la ciclopista, las personas deben aprovechar que baje el flujo vehicular para poder cruzar la avenida.
LA CICLOVÍA NO FUE SOCIALIZADA
A decir de Diana Laura Gutiérrez, integrante del Colectivo Ciclovía Emergente Tlx, la ciclopista tiene muchas deficiencias, pero que podrían corregirse si se escucha la opinión de quienes hacen uso de ella.
Mencionó que aunque al inicio se trató de un proyecto de índole recreativo, al final se convirtió en un tema de movilidad, pues la bicicleta no solo es para ejercitarse, sino que es usada por muchas personas para trabajar o para trasportarse a algún destino.
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Indicó que si bien es un tema nuevo en el que las autoridades municipales escucharon la petición de brindar seguridad a los ciclistas, deben subsanar una serie de errores para que sea completamente funcional.
Le hace falta un señalamiento horizontal que es muy importante, el confinamiento en algunos tramos, pero lo más importante es que no hubo una socialización del proyecto, que no es otra cosa que darlo a conocer entre la gente para que las personas sepan qué significado tiene la pintura y el resto de los señalamientos,mencionó.
Opinó que era necesario que las autoridades dialoguen con los comerciantes, quienes tienen la idea que la Ciclovía les afectará en sus ventas al no tener sus clientes un sitio cercano para estacionarse; y que de la misma forma –apoyados de elementos de seguridad vial- debieron hacerlo con todos los conductores que transitan por el bulevar Guillermo Valle.
HACE FALTA MANO DURA
La activista consideró que para que la ciclovía funcione, es necesario que el gobierno municipal ponga mano dura a todas las personas que obstaculicen el paso de los ciclistas, como a los comerciantes informales, pues más que ser invasores, exponen la vida de las personas.
Y al proponer la instauración de sanciones económicas para quienes no respeten los señalamientos y el confinamiento del carril, incluso para ciclistas, habló de algunos puntos donde la problemática es seria, como sucede frente al Hospital General de Subzona con Medicina Familiar del Instituto Mexicano del Seguro Social, conocida como la Clínica 8.
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Y es que ahí existe una aglomeración de personas a pie debido a la instalación de vendedores de comida ambulantes y la parada del trasporte público, además de ser una de las zonas más invadida por automovilistas que ingresan a ese nosocomio.
PROYECTO NO CULMINADO
El siete de septiembre del año pasado, la entonces la presidenta municipal de Tlaxcala, Anabell Ávalos Zempoalteca, presentó la “Ciclovía San Francisco”, un proyecto con una longitud de cinco kilómetros que iría de la Plaza Xicohténcatl hasta la fuente de Los Bergantines, en dos sentidos.
En ese momento, habló de una inversión de 1.8 millones de pesos para la construcción de la ciclopista, y dijo que formaría parte de la estrategia de movilidad hacia una nueva normalidad, para atender agendas de salud, seguridad, equidad social y medio ambiente.
Fue el 29 de septiembre cuando fue colocada la primera piedra para la construcción de la “Ciclovía San Francisco” que pasaría por la Plaza Xicohténcatl, la avenida Juárez, la Plaza de la Constitución, la Secretaría de Cultura, el bulevar Guillermo Valle, el estadio Tlahuicole, la fuente de Los Bergantines y el mercado municipal.
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Sin embargo, Diana Laura Gutiérrez y Ramsés Alejo destacaron entre las deficiencias el corte abrupto del carril a la altura de la fuente de Los Bergantines, y mencionaron que para cruzar por ahí es necesario un tope peatonal y, desde luego, urgen señalamientos verticales y horizontales y colocar la totalidad de los confinadores.
Otro de los problemas, indicó Ramsés Alejo, es que los biciestacionamientos son frágiles y no son seguros, pues es fácil que se roben las unidades, además de que en algunas zonas roban espacio al paso peatonal, por lo que podrían no ser usados y convertirse en un desperdicio de dinero.
Destacaron que se trata de un proyecto que si es retomado podría conectar al municipio de Tlaxcala con Chiautempan, y posiblemente en un futuro Chiautempan pudiera conectarse con otras comunas.
CICLOVÍA EMERGENTE TLX, IMPULSOR
En julio del año pasado, Ciclovía Emergente Tlx impulsó la petición dirigida al Ayuntamiento de Tlaxcala para la creación de una ciclopista, sobre todo para garantizar la seguridad de quienes, por pandemia, usaban la bici como medio de transporte.
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La solicitud fue lanzada a través de la plataforma Change.org, en donde rápidamente obtuvo el respaldo de cientos de ciudadanos y, al poco tiempo, las autoridades municipales atendieron el llamado.
Incluso, en una ocasión más de 400 ciclistas participaron en la rodada de 12 kilómetros, cuyo fin fue pedir a las autoridades municipales la instalación de dos ciclovías emergentes para el tránsito libre y seguro.
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“CICLISTAS NO ESTAMOS PROTEGIDOS”
Julio Anica Becerril, fundador de Club Tonali, el equipo más antiguo de ciclismo de montaña en la entidad, lamentó que en Tlaxcala no exista una protección y respeto a quienes andan en bicicleta.
Además de ser pedalista, Julio usa su bicicleta todos los días para repartir El Sol de Tlaxcala, por lo que conoce a detalle las deficiencias que tiene la Ciclovía San Francisco y que hay una falta de respeto y empatía por parte de los automovilistas.
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En entrevista, mencionó que tanto el peatón como el ciclista son vistos de una manera peyorativa, de ahí que no son respetados al transitar por avenidas y carreteras, incluso cuando portan reflectores y todos los aditamentos requeridos.
Recordó que Fili Martínez, camarógrafo y fotógrafo, perdió la vida en abril de 2018 al ser arrollado por un auto cuando iba en su bicicleta sobre el bulevar Guillermo Valle.
Fili falleció al andar en bicicleta, fue uno de los fallecimientos más tristes, pues fue la primera bici blanca que se colocó en Tlaxcala, que es para recordar a una personas que murió al ir bicicleta, añadió.
Finamente, consideró que eso demuestra que los conductores no respetan a los ciclistas y que en la entidad hay una carestía de solidaridad al momento de compartir la vía.
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