En Tlaxcala, de los oficios olvidados por la gente, el molinero es uno de ellos, aunque, literalmente con su trabajo, han desplazado de los hogares el uso del metate y del molcajete.
De hecho, en México no está instituido el Día del Molinero, pero su trabajo es indispensable en el arte culinario de las familias.
Y es que hasta la década de los ochentas, en cada hogar tlaxcalteca no podía faltar un molcajete con el que elaboraba una variedad de salsas.
El manejo del tejolote sobre la piedra daba un sabor único, sin embargo, esa tradición milenaria solo algunos pueblos prehispánicos la conservan como San Isidro Buensuceso en San Pablo del Monte. Y qué decir del metate, que también ha sido desplazado con los molinos de nixtamal; las mujeres se ahorran horas de trabajo para preparar los alimentos de sus hijos.
A propósito del Día de Muertos, don José Luis Carrasco Escárcega cumple tres décadas de preparar la materia prima de la gastronomía tlaxcalteca.
“No tenemos día de festejo, aquí trabajamos los 365 días del año y más en noviembre con la entrada de Día de Muertos y hasta San Andrés”, expresó el veterano de 62 años.
Propietario de Molino de Chiles Ocotlán, el primero en instalarse en Tlaxcala en 1989, refirió que en esta actividad de la industria gastronómica emplea entre tres y cinco personas.
Ubicado a unos metros del Hospital General de Tlaxcala, comentó que desde el 30 de octubre incrementa su trabajo en la maquila de nixtamal y chiles.
Mencionó que durante estos lustrosaprendimos a perfeccionar la receta de la abuela María Antonia Escársega, preparamos pastas en seco para mole, barbacoa, pipián y masa para tamales de dulce, con manteca vegetal y de cerdo.
Destacó que al preparar el arte culinario para las familias tlaxcaltecas, el oficio no está en riesgo de extinguirse, por el contrario se afianza y más para las ofrendas.
- Moler es una forma creativa de preparar los alimentos con los rituales sociales establecidos alrededor de la comida.
Continúa leyendo: