Socorro y Jessica son mujeres con domicilios y actividades diferentes, pero comparten algo en común: han sido violentadas de diversas formas por sus exparejas sentimentales.
Pero las agresiones físicas, económicas, psicológicas y verbales en contra de ellas y de sus pequeños hijos de entre cinco y siete años de edad no es lo único que comparten, pues ambas se han enfrentado a la presunta omisión y el influyentismo en los procesos judiciales que iniciaron en contra de sus agresores.
Socorro es ama de casa, madre de tres varones de 14, siete y cinco años de edad. El mayor de ellos se fue de su hogar al no aguantar la constante violencia que su padrastro ejercía en contra de su protegiera.
Empero, Socorro permaneció en su hogar y durante más de siete años ha soportado todo tipo de golpes que incluso la han dejado al borde de la muerte.
Temerosa de su vida y de la integridad física y emocional de sus pequeños hijos hace algunos meses decidió denunciar a su pareja, Antonio N., y aunque en su momento el Ministerio Público puso una restricción para evitar que el agresor se acercara a ella o ingresara a su casa, un juez del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE) determinó que no era tentativa de feminicidio sino solo violencia, y aunque le dictaron medidas cautelares al agresor no han sido respetadas y las agresiones continúan.
El caso de Jessica es similar. Ella es docente, madre de dos hijos de cinco y siete años. Está separada de Carlos N., padre de sus hijos y quien se niega a pagar pensión alimenticia.
Esa situación, golpes, el hostigamiento, persecución y amenazas en contra de ella y de su mamá ya han sido denunciados, pero -a su decir- eso no ha sido suficiente para que las autoridades hagan algo más que "ponerle restricciones que no respeta".
Su caso tiene una variante, presuntamente Carlos N. ha usado el parentesco con un diputado local emanado de las filas del Partido Regeneración Nacional para obstaculizar la justicia y perjudicarla.
Ambas mujeres, acompañadas de Yeny Charrez Carlos, presidenta de la asociación civil “Mujeres con Poder” y de Eréndira Jiménez Montiel, representante del Movimiento Nosotrxs, hicieron pública su situación al considerar que su vida está en peligro.
Y con el respaldo de las activistas en pro de la mujer, en conferencia de prensa hicieron un llamado a las autoridades para evitar que en Tlaxcala se repita la historia de Abril Pérez, asesinada por su exesposo, o de María Elena, saxofonista atacada con ácido.
"Ellas (Socorro y Jessica) han sido víctimas de violencia doméstica y hasta de tentativa de feminicidio, pero aunque eso ha sido informado a las autoridades hay omisiones por parte de los jueces que han dejado libres a los agresores, alegando que no hay suficientes elementos para mantenerlos bajo una prisión preventiva, eso a pesar de que una de ellas casi pierde la vida", expresó Charrez Carlos.
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