Los párpados de don José a simple vista se notan hinchados de tanto llanto. Son incontables las lágrimas que ha derramado desde el pasado cuatro de abril, día en que fue informado de la desaparición de su hija Ana Laura, y hasta ayer, al sepultar sus restos.
Su mirada se queda fija en la fotografía pegada en el ataúd y por su mente cruzan todos esos recuerdos que en vida le dejó la más pequeña de sus hijas.
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Me mataron a mi hijita, a mi Laurita. Ella siempre regresaba de trabajar con algo en sus manos para la familia, rememora con dolor y vuelve a estallar en llanto.
A 72 horas de que don José N. se enteró que los restos óseos hallados a principios de mes en terrenos de labor de Xaloztoc sí corresponden a los de Ana Laura, aún no digiere la noticia, no lo puede creer.
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Su familia tenía la esperanza de que la joven que antes de morir vivía en la Ciudad de México, donde trabajaba, estuviera con vida.
Sin embargo, los estudios genéticos y pruebas periciales a la osamenta encontrada justo dos meses después de su desaparición, terminaron con esa ilusión.
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En el templo de San Diego Alcalá, el pueblo entero de Hermenegildo Galeana, comunidad rural perteneciente al municipio de Huamantla, se volcó para acompañar a los deudos.
Al arribar el ataúd todo fue silencio. Al tiempo, una rondalla dio paso con sus cánticos a la ceremonia eucarística.
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Los familiares cercanos, con flores blancas entre sus manos, ocuparon las primeras filas de las bancas. El resto de los asistentes se acomodaron como pudieron en la pequeña iglesia.
Muy sutil, el sacerdote pidió que el lamentable caso quede en manos de Dios y se aplique la ley divina, además habló del perdón.
El repique de campanas se escuchó estremecedor en toda la comunidad de la zona serrana de Huamantla.
Hombres, mujeres y niños de todas las edades se sumaron al cortejo fúnebre para darle el último adiós a Ana Laura.
En un breve mensaje a la prensa, don José agradeció el apoyo para difundir la ficha de desaparición de su hija y darle seguimiento al caso.
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Sin dudarlo y a pregunta expresa señaló:qué puedo decir, hoy es el día más triste de mi vida.
Y recordó: el día de la madre o del padre siempre se acordaba de nosotros, mi hijita Laurita ya descansa en paz, la amaba tanto, siempre le decía que se cuidara mucho y miren lo que le pasó, lamentó para luego atender a sus paisanos que le dieron el pésame.
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El hombre de campo brevemente agregó que a la edad de 23 años una mujer que ya trabaja, solo piensa en llevar algo a su casa, ayudar a sus padres y a sus hermanos, principalmente cuando la familia no tiene economía y va al día.
Al culminar la misa, vecinos y familiares se ofrecieron a cargar el féretro que en la parte superior tenía tallada la imagen de la Virgen de Guadalupe.
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Con flores, globos blancos y música de mariachi de fondo, Ana Laura N fue llevada rumbo al panteón de la comunidad, pero hizo escala en su hogar, ubicado a tres cuadras de la iglesia, para permanecer un momento más y despedirse por última vez.
En punto de las 13:00 horas el cortejo fúnebre partió rumbo al panteón para depositar los restos que la tarde del 15 de junio fueron entregados a la familia por parte de la Procuraduría General de Justicia del Estado, dependencia que mantiene abierta la carpeta de investigación por el asesinato violento de la joven mujer.
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En Hermenegildo Galeana su familia le llora a Ana Laura, pero en Terrenate la familia de Juan Carlos N., principal sospechoso de la desaparición, también llora al no perdonar que fue asesinado por elementos de la Policía de Investigación al ser aprehendido y torturado para interrogarlo por la desaparición.
Mientras, el expolicía de Investigación Juan Carlos N., de 26 años de edad, se encuentra preso, pues es señalado por la Procuraduría que dirige Ernestina Carro Roldán como responsable del homicidio del sospechoso, sin embargo, siete elementos más y dos directivos involucrados hoy están libres y absueltos de toda culpa.
Ana Laura ya descansa en paz en su natal Hermenegildo Galeana, pero desde esa lejana comunidad al oriente de la entidad tlaxcalteca, sus familiares lanzaron con tristeza un grito de impotencia para que lo ocurrido no quede impune.
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De paso, gritaron justicia y advirtieron que no cesarán en exigirle al gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros que las investigaciones sigan su curso para sancionar a todos los responsables por este feminicidio.
- El 4 de abril desapareció Ana Laura N., ayer 16 de junio sepultaron sus restos tras haber sido hallados el pasado cuatro de junio en terrenos de labor de la carretera Xaloztoc-Terrenate..
Con información de Tomás Baños | El Sol de Tlaxcala
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