La vibración de la maquinaria pesada que es usada para ampliar la carretera Tlaxcala-Apizaco y los asentamientos por el paso a diario de miles de vehículos ha tenido como efecto secundario que las casas que se ubican a unos 50 metros a la redonda presenten cuarteaduras en sus paredes y techos.
Temerosos de que los daños puedan ser mayores o que la estructura de sus viviendas se venga abajo, vecinos de la comunidad de Belén Atzitzimititlán, municipio de Apetatitlán, demandaron la urgente intervención de la Secretaría de Obras Públicas, Desarrollo Urbano y Vivienda (Secoduvi) para que personal especializado acuda a revisar los daños y sean reparados.
Una comisión de vecinos se reunió al mediodía de este 21 de febrero con el presidente de Comunidad, Bulmaro Acoltzi Espinoza, a quien le exigieron que como su autoridad ponga el tema sobre la mesa ante el Cabildo de Apetatitlán y éste, a su vez, lo turne al Gobierno del Estado.
De lo contrario, amagaron con cerrar el paso vehicular de la carretera Tlaxcala-Apizaco y suspender -con la ayuda de más vecinos- los trabajos de modernización del tramo El Molinito-Puente Hospitales, obra que apenas lleva tres meses de los más de 14 que se tienen contemplados.
“Vinimos con el presidente para exigirle que haga algo porque no queremos que nuestra vida y la de nuestros hijos esté en riesgo… ahorita están trabajando de ese lado, pero cuando se pasen del lado de Belén seguramente será peor”.
-¿Qué es lo que ustedes sienten por los trabajos en la carretera?
-“Vibra mucho y es muy constante, de repente todo empieza a moverse, es como si todo se estuviera acomodando, pero en eso nuestras casas se cuartean… una persona que trabajó en SCT y es nuestro vecino dice que es porque para avanzar en los trabajos tiene maquinaria de vibros y debería ser neumática”.
Las viviendas que al momento han resultado afectadas se encuentran sobre las cales Unión, Niños Héroes y Privada de Hidalgo, aunque también algunos hoteles ubicados al paso de la carretera Tlaxcala-Apizaco.
Si bien los trabajos iniciaron desde el pasado 22 de noviembre, vecinos de Belén comenzaron a sentir a principios de febrero que el piso se movía y durante el transcurso del día sus ventanas truenan, situación que atribuyen a asentamientos de la tierra y a que la empresa constructora usa maquinaria demasiado pesada, aunado a que han rascado más de 10 metros.
Los vecinos afectados y el presidente de Comunidad de Belén acordaron que este mismo viernes será remitido a la Secoduvi un oficio para que se solicite su urgente intervención y cuanto antes sean reparados los desperfectos.
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