/ lunes 18 de mayo de 2020

Suspende Diócesis "Bajada" de la Virgen de Ocotlán

Por primera vez en 360 años suspende la Diócesis de Tlaxcala el tradicional recorrido debido a una contingencia sanitaria

De manera histórica, a 360 años de celebrar la tradicional procesión anual en la que la virgen María, en su advocación de Nuestra Señora de Ocotlán, recorre en procesión las principales calles de la ciudad tlaxcalteca, este año la veneración fue suspendida a causa de la Covid-19.

La Diócesis notificó de esta determinación a la feligresía, como una medida para evitar la proliferación de contagios del nuevo Coronavirus y, en sustitución del acto, ayer domingo el obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, encabezó una jornada de oración a Nuestra Señora de Ocotlán por el fin de la pandemia.

Acorde a la nueva realidad, la Iglesia utilizó los medios electrónicos para transmitir esta jornada con el prpósito de unir al pueblo tlaxcalteca, pedir por la salud de los enfermos y la extinción del virus.

HECHO HISTÓRICO

La investigadora del Archivo Histórico del Estado de Tlaxcala (AHET), María del Carmen Saavedra de la Rosa, afirmó que esta podría ser la primera ocasión que la tradicional “Bajada” de la Virgen, es suspendida por una emergencia sanitaria.

Observó que no hay documentos históricos que señalen la suspensión de este rito por temas de salud, pues la cancelación de la celebración ha sido relacionada con diversos conflictos sociales y religiosos.

La especialista detalló que, a lo largo de la historia, las solemnidades en torno a la Virgen de Ocotlán pudieron verse interrumpidas por la inestabilidad política y social, generada en el siglo XIX, aunque no se cuentan con fechas exactas de ello.

Explicó que en el siglo XX, por los enfrentamientos entre facciones o grupos revolucionarios, las celebraciones religiosas fueron interrumpidas.

La investigadora mencionó que durante el Movimiento Cristero, de 1926 a 1929, cuando prohibieron las manifestaciones religiosas, los ritos de veneración a la Virgen pudieron ser limitados y de manera clandestina.

Pero esa información, aceptó, tendrá que ser constatada con las particularidades de los acontecimientos registrados en Tlaxcala.

INTERCESIÓN DE LA VIRGEN

De acuerdo con datos proporcionados por el AHET, en 1541 la Virgen María libró al pueblo tlaxcalteca de una epidemia de viruela, al mostrar al campesino Juan Diego Bernardino una fuente de agua sanadora, que ayudó a salvar al pueblo, lo que permitió que la devoción a la imagen creciera.

El obispo Julio César Salcedo Aquino encabezó una jornada de oración a Nuestra Señora de Ocotlán por el fin de la pandemia /Archivo El Sol de Tlaxcala

A partir de su aparición, la Virgen de Ocotlán se ha convertido, para la grey católica, en la intercesora ante las catástrofes naturales, enfermedades y preocupaciones encomendadas bajo su amparo.

La “Bajada” de la Virgen de Ocotlán es una tradición de los católicos celebrada desde hace varios siglos, aunque es imprecisa la fecha exacta y el motivo del recorrido que hace desde la Basílica hasta la capital. Según información difundida por la Diócesis de Tlaxcala, los orígenes de la festividad se remontan a la época del segundo capellán de la Basílica de Nuestra Señora de Ocotlán, Francisco Fernández de Silva, entre 1691 y 1716. Sin embargo, documentos en resguardo del Archivo Histórico Estatal, señalan que la festividad se lleva a cabo desde 1662.

María del Carmen Saavedra detalló que solo cuentan con documentos del siglo XVIII que ya hacen referencia a la tradición.

Actualmente, cada tercer lunes de mayo se realiza el traslado de la Virgen de Ocotlán y ello se ha convertido en una de las muestras de fe con mayor arraigo entre la población, aunque este acontecimiento a lo largo de la historia no ha sido exclusivo del mes de mayo.

En la Cronología de la Muy Insigne, Noble y Leal Ciudad de Tlaxcala, Juan Buenaventura Zapata y Mendoza explica que la imagen de Ocotlán fue sacada en procesión el 29 de octubre de 1662 para honrarla y, a su paso, se ha destacado por la colocación de adornos y altares.

Asimismo, en octubre de 1682, ante el inminente riesgo de un eclipse o temblor, se bajó a la Virgen al convento de San Francisco y hubo misas y novenarios para implorar su ayuda.

El obispo Julio César Salcedo Aquino encabezó una jornada de oración a Nuestra Señora de Ocotlán por el fin de la pandemia /Archivo El Sol de Tlaxcala

La historiadora explicó que, durante el periodo del Virreinato, las fiestas religiosas dedicadas a la Virgen de Ocotlán, formaron parte de las celebraciones más relevantes en el calendario litúrgico y muchas de estas consistieron en procesiones por las calles previamente adornadas, misas, novenarios, iluminaciones, fuegos artificiales y otras muestras de júbilo.

Precisó que conforme a los datos que han podido obtener de antiguos registros, fue en 1755 y 1764 cuando se reveló el nombramiento de Nuestra Señora de Ocotlán como patrona de la ciudad y provincia de Tlaxcala.

En 1861 el traslado de la imagen de Ocotlán se realizó con especial agradecimiento por la culminación de la Guerra de Tres Años o Guerra de Reforma, para entonces, la Virgen permaneció 14 días en la ciudad (del 06 al 20 de mayo), donde fue obsequiada con un novenario en la parroquia de la ciudad (en ese entonces la Iglesia de San José) y con un triduo pascual en el exconvento de San Francisco. Culminadas estas muestras de fe, el día 18 de mayo volvió a San José y el 20 ascendió nuevamente a su santuario.

De esta manera, la investigadora estableció que los documentos correspondientes a los años de 1750, 1757, 1764 y 1771, marcan la variación en las fechas de la procesión que fue celebrada en los meses de noviembre, junio y abril.

ANTIGÜEDAD

El santuario de la Virgen de Ocotlán fue construido entre 1670-1687, mientras que el Pocito de Agua Santa fue edificado a fines del Siglo XVII.

A lo largo de la historia, las solemnidades en torno a la Virgen de Ocotlán pudieron verse interrumpidas por la inestabilidad política y social, generada en el siglo XIX, aunque no se cuentan con fechas exactas de ello

María del Carmen Saavedra de la Rosa / Investigadora del AHET

  • En el año de 1755, la Virgen de Ocotlán fue declarada patrona de la Ciudad y de toda la Provincia de Tlaxcala, por el Papa Clemente XII

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De manera histórica, a 360 años de celebrar la tradicional procesión anual en la que la virgen María, en su advocación de Nuestra Señora de Ocotlán, recorre en procesión las principales calles de la ciudad tlaxcalteca, este año la veneración fue suspendida a causa de la Covid-19.

La Diócesis notificó de esta determinación a la feligresía, como una medida para evitar la proliferación de contagios del nuevo Coronavirus y, en sustitución del acto, ayer domingo el obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, encabezó una jornada de oración a Nuestra Señora de Ocotlán por el fin de la pandemia.

Acorde a la nueva realidad, la Iglesia utilizó los medios electrónicos para transmitir esta jornada con el prpósito de unir al pueblo tlaxcalteca, pedir por la salud de los enfermos y la extinción del virus.

HECHO HISTÓRICO

La investigadora del Archivo Histórico del Estado de Tlaxcala (AHET), María del Carmen Saavedra de la Rosa, afirmó que esta podría ser la primera ocasión que la tradicional “Bajada” de la Virgen, es suspendida por una emergencia sanitaria.

Observó que no hay documentos históricos que señalen la suspensión de este rito por temas de salud, pues la cancelación de la celebración ha sido relacionada con diversos conflictos sociales y religiosos.

La especialista detalló que, a lo largo de la historia, las solemnidades en torno a la Virgen de Ocotlán pudieron verse interrumpidas por la inestabilidad política y social, generada en el siglo XIX, aunque no se cuentan con fechas exactas de ello.

Explicó que en el siglo XX, por los enfrentamientos entre facciones o grupos revolucionarios, las celebraciones religiosas fueron interrumpidas.

La investigadora mencionó que durante el Movimiento Cristero, de 1926 a 1929, cuando prohibieron las manifestaciones religiosas, los ritos de veneración a la Virgen pudieron ser limitados y de manera clandestina.

Pero esa información, aceptó, tendrá que ser constatada con las particularidades de los acontecimientos registrados en Tlaxcala.

INTERCESIÓN DE LA VIRGEN

De acuerdo con datos proporcionados por el AHET, en 1541 la Virgen María libró al pueblo tlaxcalteca de una epidemia de viruela, al mostrar al campesino Juan Diego Bernardino una fuente de agua sanadora, que ayudó a salvar al pueblo, lo que permitió que la devoción a la imagen creciera.

El obispo Julio César Salcedo Aquino encabezó una jornada de oración a Nuestra Señora de Ocotlán por el fin de la pandemia /Archivo El Sol de Tlaxcala

A partir de su aparición, la Virgen de Ocotlán se ha convertido, para la grey católica, en la intercesora ante las catástrofes naturales, enfermedades y preocupaciones encomendadas bajo su amparo.

La “Bajada” de la Virgen de Ocotlán es una tradición de los católicos celebrada desde hace varios siglos, aunque es imprecisa la fecha exacta y el motivo del recorrido que hace desde la Basílica hasta la capital. Según información difundida por la Diócesis de Tlaxcala, los orígenes de la festividad se remontan a la época del segundo capellán de la Basílica de Nuestra Señora de Ocotlán, Francisco Fernández de Silva, entre 1691 y 1716. Sin embargo, documentos en resguardo del Archivo Histórico Estatal, señalan que la festividad se lleva a cabo desde 1662.

María del Carmen Saavedra detalló que solo cuentan con documentos del siglo XVIII que ya hacen referencia a la tradición.

Actualmente, cada tercer lunes de mayo se realiza el traslado de la Virgen de Ocotlán y ello se ha convertido en una de las muestras de fe con mayor arraigo entre la población, aunque este acontecimiento a lo largo de la historia no ha sido exclusivo del mes de mayo.

En la Cronología de la Muy Insigne, Noble y Leal Ciudad de Tlaxcala, Juan Buenaventura Zapata y Mendoza explica que la imagen de Ocotlán fue sacada en procesión el 29 de octubre de 1662 para honrarla y, a su paso, se ha destacado por la colocación de adornos y altares.

Asimismo, en octubre de 1682, ante el inminente riesgo de un eclipse o temblor, se bajó a la Virgen al convento de San Francisco y hubo misas y novenarios para implorar su ayuda.

El obispo Julio César Salcedo Aquino encabezó una jornada de oración a Nuestra Señora de Ocotlán por el fin de la pandemia /Archivo El Sol de Tlaxcala

La historiadora explicó que, durante el periodo del Virreinato, las fiestas religiosas dedicadas a la Virgen de Ocotlán, formaron parte de las celebraciones más relevantes en el calendario litúrgico y muchas de estas consistieron en procesiones por las calles previamente adornadas, misas, novenarios, iluminaciones, fuegos artificiales y otras muestras de júbilo.

Precisó que conforme a los datos que han podido obtener de antiguos registros, fue en 1755 y 1764 cuando se reveló el nombramiento de Nuestra Señora de Ocotlán como patrona de la ciudad y provincia de Tlaxcala.

En 1861 el traslado de la imagen de Ocotlán se realizó con especial agradecimiento por la culminación de la Guerra de Tres Años o Guerra de Reforma, para entonces, la Virgen permaneció 14 días en la ciudad (del 06 al 20 de mayo), donde fue obsequiada con un novenario en la parroquia de la ciudad (en ese entonces la Iglesia de San José) y con un triduo pascual en el exconvento de San Francisco. Culminadas estas muestras de fe, el día 18 de mayo volvió a San José y el 20 ascendió nuevamente a su santuario.

De esta manera, la investigadora estableció que los documentos correspondientes a los años de 1750, 1757, 1764 y 1771, marcan la variación en las fechas de la procesión que fue celebrada en los meses de noviembre, junio y abril.

ANTIGÜEDAD

El santuario de la Virgen de Ocotlán fue construido entre 1670-1687, mientras que el Pocito de Agua Santa fue edificado a fines del Siglo XVII.

A lo largo de la historia, las solemnidades en torno a la Virgen de Ocotlán pudieron verse interrumpidas por la inestabilidad política y social, generada en el siglo XIX, aunque no se cuentan con fechas exactas de ello

María del Carmen Saavedra de la Rosa / Investigadora del AHET

  • En el año de 1755, la Virgen de Ocotlán fue declarada patrona de la Ciudad y de toda la Provincia de Tlaxcala, por el Papa Clemente XII

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