Este año, los coloridos tapetes, populares durante las festividades en honor a la Virgen de la Caridad, en Huamantla, formaron parte de la tradicional ofrenda colocada en la patio central del Palacio Nacional.
El altar “Una flor para cada alma: 20 pueblos, 4 rumbos” conjunta la riqueza natural, tradición y cosmovisión de 20 comunidades originarias, entre las cuales, el arte efímero del Pueblo Mágico fue elegido para formar el camino que guiara a las almas al altar donde convergen elementos tradicional como el cempasúchil, ceras y maíz.
De acuerdo con la Secretaría de Cultura, los tapetes de aserrín, elaborados por el huamantleco Javier Servín, fueron elegidos debido sus más de 150 años de tradición, que surge de la combinación de las ofrendas de flores dedicadas a la deidad Xochiquetzal y a la Virgen de la Asunción.
Asimismo, otros elementos como las velas, el papel picado y la flor de cempasúchil estuvieron a cargo de artesanos de Guerrero, Morelos, Guanajuato y Xochimilco (CDMX).
Al respecto, la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto Guerrero, mencionó que este año, debido a la pandemia, la tradición de arraigo en todo el país y reconocida a nivel internacional, se vive en el país de manera familiar, más íntima.
“Nuestra cultura siempre nos ha salvado, somos pueblo consiente, solidario, en esto tiempos invitamos a esa responsabilidad, a cuidar la vida, a hacer los altares en casa”, añadió.
Continúa leyendo: