Para olvidar sus problemas por unas horas, doña Olimpia Gallegos Durán ejercita su cuerpo, atiende a su hija quien enfrenta una discapacidad y, el año pasado, perdió a su esposo quien no resitió al contagio del Coronavirus. “Un ángel me ayuda a cuidar a mi niña y cargar con esta pesada cruz desde hace 35 años”, expresó al concluir la décima vuelta a la pista de arcilla de Chimalpa, municipio de Totolac.
De 74 años, originaria del municipio de Totolac, expresó que ya comencé a correr (hace diez vueltas en trote a un campo de futbol), pues con eso del pan del Día de Muertos, subí de peso y se me estaban olvidando las cosas; ahora me acuerdo de todo, voy mejorando.
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Refirió que quedó con una hija de más de 40 años de edad, que sufre epilepsia desde los seis años, pero en la secundaria fueron los ataques más fuertes y en la preparatoria ya no le admitieron el ingreso.
Cuando iba en el bachillerato en el Instituto Zaragoza, en donde asistían puras mujeres, la dieron de baja porque se ponía nerviosa en periodo de exámenes, relató.
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Contó que en enero de este año, su esposo Bartolomé Rivas, no resistió el coronavirus y falleció. Ahora, dijo que con el deporte, puede ir superando la enfermedad de su hija, a veces “todo se apaga y pienso que el mundo se acaba, ahora me siento bien”.
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